Erro es un pequeño
desfiladero de paso a la montaña para mercaderes. Es a su vez la
cueva donde moraban las brujas de Cansoles (municipio de Guardo),
vecino de Valcuende (Éste, del municipio de Valderrueda, tiene fama
de estar especialmente vinculado a la brujería.).
Las brujas vivían en las Cuevas del Erro y en las noches de luna
llena celebraban sus locos bailes en los Campos de Cansoles, muy
cercanos a las cuevas y al arroyo del Erro. Según la tradición oral,
al formular “¡Por encima de zarzas y espinos, a bailar al campo
Cansoles!”, salían volando hacia el festejo. En la Cueva del Erro
de este misterioso paraje era donde las brujas se reunían.
Saliendo de Guardo dirección León por la CL-626, antes
de llegar a La Espina, en el km. 170,2 sale a la izquierda el desvío
al pueblo de San Pedro de Cansoles. Inmediatamente viene el paso a
nivel de la FEVE León-Bilbao, que pasamos y dejamos el vehículo (Es
decir, a 5,5 km. y en 7 minutos desde Guardo). Dos opciones, desde
aquí:
a)
Al lado de la vía y paralelo a ella, hacia la derecha (León) sale un
camino que cogemos. A unos 500 m. nos encontramos con el Arroyo Erro
que atraviesa la vía y sigue a la izquierda su curso hasta el
Valcuende metiéndose en una pequeña valleja. Seguimos ésta siempre
por arriba y por la orilla, sin necesidad de introducirnos en el
robledal salvo al final, que le atravesamos unos metros por senda
para llegar al borde de un roquedo donde nos encontramos un poco más
abajo, a la derecha, la CUEVA DEL ERRO, a escaso 1 km. del paso a
nivel donde dejamos el vehículo.
La referencia también es que comienza un valle más
amplio sin roca y la curvona allá arriba de la vía que gira
bruscamente a la derecha hacia La Espina.
b)
Opción un poco más corta: Cogemos la pista que
sale al Oeste, entre la vía y la carretera a San Pedro Cansoles.
Pasaremos por una pradera que puede tener colmenas y nos mete en el
robledal. Cuando empieza a bajar hacia el valle de Erro (tenemos de
frente arriba la curvona de la vía que gira bruscamente a la derecha
hacia La Espina), nosotros vamos en diagonal subiendo por prado de
monte bajo hasta la punta del roquedo que nos vamos a encontrar
encima del valle. Aquí mismo, bajamos con cuidado de no resbalar
unos metros de izquierda a derecha y nos topamos con la cueva del
Erro.
LA CUEVA
La entrada, de unos 2 metros de diámetro, probablemente precedida de
un gran espino, no tiene problema alguno. Nos encontramos una
pequeña cúpula donde podemos estar de pie y después y a la derecha
inicia por un angosto paso una galería de un metro de altura y que
seguiremos unos 150 m. de rodillas y a gatas. Es claramente una
galería fósil, en zigzag, con alguna pequeña colada, estalactitas y
formaciones pequeñas, algunas rotas y otras en evolución. Hay mucha
arena en el suelo y cantos rodados arrastrados por el agua. En la
parte final hay un paso estrecho que gira ligeramente a la izquierda
y llega a una muy pequeña sala (1m x 1m) y una galería descendente
de unos 20 metros que acaba en una sala inundada donde termina
nuestra aventura.
Podemos ver murciélagos criando. Hay muchos mosquitos y
también algún esqueleto de animales (en esta ocasión, zorros).
Aunque es una cueva seca hay bastante humedad,
posiblemente por la filtración de agua que hay en la sala final
después de la galería descendente.
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LAS BRUJAS DE CANSOLES
Hay
varias leyendas de las Brujas de Cansoles, algunas agradables y
bonitas, otras no tanto, como la de la quema de una docena de
mujeres de San Pedro de Cansoles, acusadas de brujería en el siglo
XVI. También, y cómo no, las cansinas, rebuscadas y plagiadas
historias relacionadas con la religión, donde siempre se aparece una
virgen a una niña pastora y que en este caso dicen dio motivo de la
construcción del Xto del Amparo en Guardo (¡Que raro! ¡Cómo me
suenan estos inventos retorcidos y rebuscados, chimorreligiosos de
adoctrinamiento!), por otra parte totalmente diferente a la más
sencilla, recogida
por Aurelio M. Espinosa
sobre
el motivo de la construcción de esta ermita
*1).
La historia que más se repite y
que a mí más me gusta, por amable que no por creíble, es ésta, según
la misma fuente de
Aurelio M. Espinosa, hijo
que me
he permitido adaptar.
Las
brujas de Cansoles
(Cuento
popular castellano)
Las brujas iban a bailar todas las
noches al campo de Cansoles, junto a Guardo. Dos de ellas, una joven
madre e hija muy guapa, dieron un día cobijo a un pobre que pasando
por Cansoles fue a pedir posada a la morada donde vivían. Las
brujas, después de darle de cenar, le dieron cama en el escaño
(banco) de la cocina.
El pobre hombre se acostó y se hizo el dormido. Mientras
tanto las brujas le ataron al banco. Sobre las doce arrancaron un
adoquín del suelo de la cocina y sacaron un frasco con ungüentos. Se
untaron la cara, ojos, manos, pies y el ombligo y acto seguido
exclamaron:
“-¡Por encima de zarzas y espinos, a bailar al campo Cansoles!”
Estas palabras mágicas a modo de conjuro hicieron que
comenzaran a volar. El hombre vio toda la escena y desatándose un
brazo alcanzó el ladrillo que también levantó, cogió el frasco de
ungüentos y untándose como ellas la cara, ojos, manos, pies y el
ombligo, dijo:
“-¡Por encima de zarzas y espinos, a bailar al campo Cansoles!”
Entonces, también salió despedido, volando con banco
incluido, hasta Cansoles, donde las brujas tenían su baile. Tanto le
había deslumbrado la hija de la dueña que la sacó a bailar. En una
vuelta del baile, como iba con el banco adosado, le dio a la bruja
joven y la arrancó las narices.
Como el pobre se había marchado antes que ellas, cuando
volvieron a casa le hallaron acostado en el banco, como le habían
dejado. Por la mañana, al levantarse, preguntó a la bruja joven qué
la había pasado pues tenía las narices tapadas. Ella contestó que en
un baile, al dar una vuelta, se había dado contra un poste y se
había roto las narices.
El pobre reanudó su marcha y las brujas seguirían
asistiendo a los bailes en Cansoles.
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*1 LEYENDA
DE LA ERMITA DEL CRISTO (Guardo)
(recogida
por Aurelio M. Espinosa
y
adaptada por José Antonio Bardasco)
Hace muchos años
había un cristo que no tenía brazos en lo que fue el castillo de
Guardo. Bajo él, en el barrio de las Hoyas (hoy Barrio de La Fuente)
vivía Miguel, un niño muy devoto de este cristo, al que visitaba con
mucha frecuencia y hasta le hizo unos brazos de madera.
De mayor, trabajando de criado en La Casona (Casa
Grande) en uno de sus encargos, al pasar el Esla allá por Gradefes, venía el río tan crecido que se le
ahogó la mula y él corrió mucho riesgo de que le ocurriera lo mismo.
Así es que se enmendó a su venerado Santo Cristo, ofreciéndole una
ermita si se salvaba.
Se salvó y, cumpliendo su compromiso, vendió cuanto
tenía y construyó la sacristía de la ermita donde trasladó el cristo
del castillo, poniendo:
"A devoción de Miguel
y de apellido Santiago,
se va a hacer aquí una ermita
para el Cristo del Amparo".
Poco a poco, a base de
limosnas y la ayuda real de 5000 reales construyó lo que es
finalmente es la ermita.
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FUENTES
*
Wikipedia
*
Brujas de Cansoles
-Peñacorada y las brujas del
Campo del Sol- MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ
*
Cuando las brujas bailan en
Cansoles -Mª
Lilian Espadas Antón-
*
Aurelio M. Espinosa, hijo
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