Por Villarcayo, CL- 629 dirección Bilbao, nada más pasar
el pueblo de BOCOS, estaremos muy atentos porque en la cuesta al
Alto de Bocos sale de inmediato un apurado ramal a la izquierda
dirección Barruso y Fresnedo.
En este último pueblo, sin seguir para abajo, procuramos aparcar en
la plaza del pueblo que hay antes de subir hacia la iglesia para
preparamos a realizar la ruta de la Necrópolis de Peña Horrero.
Empezamos andando por la carretera que en seguida,
cuando ésta baja yéndose por la izquierda a Torme, sale una pista al
norte-derecha que nos indica con una señal de flechas PEÑA
HORRERO (PR-BU 146).
A escasos 250 m. de aquí habrá que tener mucho cuidado y
no seguir la evidente pista que sigue de frente, sino coger una más
dudosa a la derecha: Camino de Gayangos. Otros 450 m.
y sale un desvío a la derecha que tampoco tomamos. Continuamos por
la pista otros 500 m. para ver abajo un gran roquedo previo un pilón
y fuente en una pradera con unas piedras en el medio de ella que
forman nombres puestos por los visitantes. Es justo la Peña
Horrero, a la que nos dirigimos dejando ya la pista que
empalmará con el GR-1 que viene de Gayangos, por el este del alto de
Bocos y por donde también se hace el itinerario a la necrópolis.
Sobrepasado el abrevadero nos acercamos a la izquierda a
la mole roquera, donde vemos que parte un trazado horadado en la
peña a base de pequeñas cavidades para progresar por la roca. Es el
acceso al monumento.
Iniciamos una comprometida hazaña de trepada para llegar
a la primera cornisa donde tenemos a la izquierda, al oeste, la
necrópolis: unas 50 tumbas antropomorfas y de bañera excavadas
en la piedra. (Hay que tener en cuenta que aun siendo escalador
se hace imprescindible una cuerda para apoyarnos en las
oquedades talladas en la roca, sobre todo para bajar, tomando mucha
precaución si está resbaladizo por hojas o humedad.)
Seguimos otro tramo de escalada para llegar al
segundo nivel que es la acrópolis, o habitáculo en una
mesetilla de unos 25 m2 que parece ser el lugar de
residencia.
Desde esta repisa vemos las sepulturas que henos dejado
abajo y después de dejarnos llevar por la observación e imaginación
histórica comenzamos el descenso con mucho cuidado por el mismo
camino que trajimos.
Una vez abajo podemos
rodear la roca y tenemos en la parte posterior una interesante zona
de escalada, a tramos desequipada. Si seguimos el sendero
bordearemos el roquedo que viene a continuación, donde tenemos otra
perspectiva de la necrópolis para bajar por una senda de nuevo a la
pradera donde está el pilón.
Volvemos por donde hemos venido dejando a nuestra
derecha allá al fondo la zona del Bedón y las Machorras. |