Partimos
de Villanueva de Arriba, atravesando el pueblo hacia el norte,
a coger una pista minera. Aunque es un paseo fácil, hay
muchos desvíos
como los dos que salen a la derecha nada más
acabar el pueblo y que no cogemos, por lo que es necesario fijarse
bien en el mapa y en los mojones que marcan la ruta
hasta el Collado Canto Negro.
Tendremos un cruce
con pistas que
van a la derecha
y a la izquierda
respectivamente.
Seguimos de frente y 300 m. más allá otra
sale a la derecha, yendo nosotros a la izquierda.
La ruta discurre por un tupido robledal salpicado de
escombreras. Nos metemos en la larga Valleja de los Cuchillos,
cuyo suelo está roturado por los regatos de agua.
De frente se nos abre de nuevo la visión del Fraile,
llegando a la campera, donde justo a la entrada, antes de que la
pista suba a la izquierda, y en la misma mano, tenemos La Fuente
Los Mures, casi invisible si no se desbroza, que mana de una
círculo rodeado de cantos, cuya agua iba a un bebedero que estaba a su
lado.
La pista más evidente sube a la izquierda. Nosotros
cruzamos el prado para, a
la mitad, girar al este, a la derecha,
encontrando pronto unas rodadas que nos devuelven a la pista que
pronto se convierte en senda por el desuso, cerrando el piornal a
veces el paso. La subida de 1,5 km. ahora es más pronunciada hasta
llegar al Collado Canto Negro.
Tomaremos aquí un descanso para apreciar Guardo y Peña
Corada al Suroeste y el cordal de Peña Redonda más los pueblos de
La
Peña hacia el este. Desde este punto podemos hacer hacia el norte
la cumbre del
Pico el
Fraile
(2004 m.) en 3 km. -desnivel de casi 500 m.-, o continuar a
Peña
Cueto
(también llamado Piscurute -1952
m.-).
Ahora seguiremos hacia el este por una senda empedrada. Seiscientos
m. más allá nos encontraremos con un camino al sur que sube en
escasos metros al Collado de las Peñas de Santibáñez (1508
m) -Peña Mañana y Peña de las Heras-, con otras
bonitas panorámicas.
Continuamos bajando por una intransitable cárcava
(calles con
socavones por el paso del agua de lluvia en el terreno con pendiente)
y
600 m. más allá tenemos una senda que parte a la izquierda y nos
llevaría también al Collado Canto Negro por las escombreras del desmonte de Amador,
asimismo
intransitable a veces.
Otros quinientos m. y llegamos a una avenida helechal que nos mete
en Los Corralones, con su refugio, donde si mana, tenemos una rica
fuente. Desde aquí apreciamos
las
Peñas de Santibáñez.
Hacemos una pequeña subida para bajar ya siempre en
dirección sureste dejando a la derecha la precumbre de Peñacastillo y sin
tomar las pistas que salen a la izquierda, hasta llegar a un cruce a
la derecha que nos indica las
Ruinas de San Román, paraje que podemos visitar:
Su
puente y los restos del torreón de la Abadía de San Román de Entrepeñas.
Éste conserva formas románicas del siglo XII, cenobio que
en tiempos pasados fundó el monasterio de San Zoilo, en Carrión de
los Condes. Está muy descuidado por la dificultad que conlleva su
gestión administrativa al ser de titularidad privada. Le riega el
Berbecario (río que se forma con los diversos brazos de arroyos
que confluyen o nacen en San Román de Entrepeñas o en sus
proximidades y que irá por las Hoces de Santibáñez al Valdavia).
En menos de 1 km., volviendo por donde hemos venido de
visitar las ruinas, entraríamos en el peñiego pueblo de
Santibáñez.
Sin embargo, podemos
hacer otra interesante variante, ya puestos: Cuando llegamos al
torreón del monasterio le rodeamos, llegando a una cueva y cascada.
Seguimos una senda que va al lado de la canal de toma de agua,
apreciando más saltos de agua abajo, para entrar por la calle del
cementerio, y si seguimos dirección La Estación, pasaremos
por dos interesantes lavaderos y fuente. |