E
X P E R
I E N C
I A S 2011
Club de Montaña Peña Torquilla

Aquí
os
ponemos
algunas
de
actividades
que
hemos
realizado.
Si
queréis
saber los itinerarios seguidas
de éstos
y otros
más,
tenéis
que
ir
a
la
página
de
Rutas
y si queréis fotos, pues eso:
Fotografías |
Espigüete por
el Corredor Norte (30.01.11)
☞
Guías Jose P., Javi
Fonta y Jose B. Participaron 15 personas (14 socios)
La
primera salida del club de este año y de esta década.-
Estaba previsto, según el calendario anual, ir a Peña
Labra y Peña Abismo, así es que salimos 15 briosos
montañeros dispuestos a nuestra aventura. Pero poco más
allá de San Salvador de Cantamuda nos dimos la vuelta,
ya que hacía un viento muy fuerte, niebla y nevaba.
Paramos en el pueblo y decidimos meternos por Cervera en
la ruta de los Pantanos para ver dónde podíamos iniciar
una ruta. A las 11: 30 llegamos a Pino Llano y no faltó
mucho para animar al personal de subir valle Mazobres y
encarar Espigüete, que como buena madre, siempre nos
acoge.
Mientras tanto, Carmelo Hompa, el de Gonzón,
Elena y Jose B, cogeríamos a la derecha el Valle de
Lamas para subir la pala nevada que lleva al Collado
entre el Alto de los Calvillos y el Alto Párdigo.
Carmelo y Antonio llegaron a éste último, con
dificultad, ya que estaba helado y no habíamos traído
los crampones. La bajada fue muy divertida, aunque nos
pegamos unas cuantas culadas ya que la fresca nieve
virgen tapaba el hielo que nos hacía resbalar. Elena se
ha hecho socia del club y ya está dispuesta a
acompañarnos siempre que pueda (Se acordaba del Alto
Prieto por eso de un vino, que yo no conocía). Para el
de Gozón “salir de los llanos y meterme en la montaña es
todo un lujo que no se puede hace todos los días”
Los intrépidos del Espigüete, hicieron el
Corredor Norte con nieve no era muy mala, pero demasiado
blanda a veces. Llegaron casi todos a la cumbre, aunque
a algunos les impuso un poco respeto las viseras que
había en la cresta, y se querían dar la vuelta. No era
peligroso, ya que estaba todo helado y “habilitado” para
el uso de los crampones y piolet.
Gelines, novata en esto de los crampones, se
portó, como siempre, como una valiente, arengando a sus
compañeros para llegar a la cumbre a las 15:00 h.
Sergio, también nuevo en el club, gallego
que vive en León, muy animado a continuar.
Y todos se acuerdan de las vueltas de
campana bajando de Carmelo N., ya que no se quiere
perder detalle de nada y aquí, como te descuides un poco
de lo que estás haciendo la fastidias. Sin embargo le
dio tiempo a realizar una espectacular foto de una cara
fundida por la nieve en una roca.
Les esperamos hasta las 17:18 en el bar de
Puente Agudín, regentado por Manolo y que tan
amablemente nos atendió, incluso nos encendió la
chimenea.
A pesar del frío, que para eso era una
invernal..., todos contentos y felices (al menos eso
parece, porque nadie dijo lo contrario.) |
Invernal a Peña Ten y La Uña - Ventaniella
(13.03.11)
☞
Participaron 25 personas (21 socios). Guías: Javi R,
Jose P y Jose B
Por fin, pudimos subir a la Peña Ten, después de llevar
tres años intentándolo y no pudiendo por las condiciones
metereológicas. Y aunque este año las previsiones no
eran muy alagüeñas, fallaron los pronósticos y pudimos
hacer cumbre.
El día amaneció gris y con niebla en las
alturas, pero no impidió el éxito de participación, pues
se llenó el autobús y hubo que recurrir a vehículos
particulares.
Iniciamos la marcha en la Uña a las 10:20 h
a través del valle Carcedo con bastante nieve que
aumentaba de espesor a medida que avanzábamos,
dificultando un poco la marcha. Pero, con paso ligero,
conseguimos llegar al puerto de la Fonfría, totalmente
blanco, sobre las 11:30 h. Tras un ligero descanso, nos
dirigimos a la hoya de la cara sureste del Ten. Aquí las
condiciones nos obligaron a calzar los crampones para a
través de una canal muy pronunciada y cargada de nieve,
atacar la cima, a la que conseguimos llegar sobre las 13
h.
Tras las pertinentes fotos, teniendo como
fondo el imponente Mampodre, iniciamos el descenso por
la cara suroeste, acompañados en todo momento por muchos
rebecos que corretean por las rocas. Después de una
larga y pronunciada bajada a llegamos una espectacular
majada con dos chozos pastoriles que nos sirvieron para
descansar y comer el bocata en buena armonía.
A continuación enlazamos con la pista que va
de la Uña a Ventaniella y a través de un bonito
recorrido, llegamos nuevamente al pueblo sobre las
cuatro de la tarde, hora prevista por la organización
para tomar el autobús.
-Raúl-
---------
------------------------
Como es casi habitual, planteamos dos rutas,
dependiendo de la exigencia de cada uno de los
montañeros. De los 25 participantes, 11 fuimos a Ventaniella, en un día excelente para andar y con el fin
de practicar con raquetas ya que alguno no se las había
puesto nunca. Tal es así que Valle empezó con los
plásticos protectores en las puntas de las raquetas (Eso
nos ha pasado a casi todos alguna vez...)
Con mucha calma llegamos a las 13:15 a la
venta de Ventaniella donde cominos y nos juntamos con
Ángel, Mamen e hijo, que vinieron en su coche y cuando
se disponían a empezar a andar se dieron cuenta que se
habían dejado las llaves dentro del mismo y no podían
abrir, de tal modo que tuvieron que esperar a que le
trajeran una copia y empezar ellos solos la travesía.
A las 16:00 llegamos al autobús después de
juntamos en la Vega de Valdosín con los del Ten
Paramos en Boca de Huérgano a tomar un
refrigerio. -Josea
B-
|
Peña Escrita -
Santa Lucía y Senda
del Gigante del Valle Estrecho
(27.03.2011)
☞
Participaron 17 personas (16 socios). Guías: Jose P y
Jose B.
Pese a los malos pronósticos metereológicos, que
en esta ocasión se cumplieron, el éxito de participación
superó las expectativas, y se apuntaron 17 integrantes
(seis: chicas).
Salimos las 9:00 h por la ruta de los
pantanos, rebosantes de agua y pese a las nubes, con un
paisaje precioso. Se nota que estamos en primavera. El
verde del campo es espectacular.
A las 10:15, con mucho protocolo de
preparativos, iniciamos la marcha en Santibáñez de
Resoba por una pista, que bordeando Peña Escrita por su
cara norte, asciende hacia los puertos de Oñañejo.
Fuimos acompañados en todo momento por una pertinaz
lluvia, que a medida que ascendíamos se trasformaba en
una intensa nevada que no nos abandonaría en toda la
subida a Peña Escrita, hasta el punto que dudábamos si
estábamos en la cumbre en realidad, dato que pudimos
confirmar por el GPS.
De esta cima giramos al oeste, siguiendo por
la arista todo el cordal, hasta coronar Santa Lucía
hacia las 13:30 horas. Aquí nos sonrió la suerte y se
aclaró el tiempo, pudiendo contemplar una bellísima
panorámica, con un Curavacas sublime cargado de nieve.
Iniciamos el descenso en diagonal este, por
debajo de la colonia de buitres, y de algún ejemplar de
rebeco observándonos desde las alturas. Llegamos por fin
a una soleada campera donde pudimos reponer fuerzas,
dando buena cuenta de los bocatas y de dos botellas de
buen vino que llevaron Carmelo Hompa y Víctor.
Seguimos descendiendo hasta cruzar la
carretera para iniciar a partir de aquí el segundo
trayecto, La Senda del Gigante del Valle Estrecho,
silueta que no pudimos ver por la niebla y las nubes.
Pero sí pudimos disfrutar de unas buenas vistas desde el
Mirador de Peñalbilla (14:30 h), desde el de Peña Negra
y de Cadalcio. Volviendo sobre nuestros pasos bajaríamos
al Arroyo Agüeros, para llegar a Santibáñez de Resoba a
las 16:00 h. |
Peña de
los Redondos - Valle Viarce
(10.04.11)
☞
Participaron 29 personas (23 socios). Guías: Javi R
y Jose B
El día se presentaba veraniego, así es que se apuntó más
gente de lo acostumbrado y tuvimos que utilizar, además
del autobús, coches particulares.
Comenzamos a andar desde Santa María de los
Redondos a las 10 de la mañana, y una vez pasado el
puente sobre el Pisuerga, empezaríamos a hacer grupos,
un poco dependiendo de la capacidad de cada uno y otro
de las ganas de machacarse que se tenía en ese momento.
Así es que el Pastelero se llevó a José
Luis, a Víctor y a Gelines por Fuente Cobre, el Sel de
la Fuente y la arista de Valdecebollas. Se harían además
el Cueto de los Comunales, cambiándose Raúl por “Cuchareto”,
que prefirió bajar desde Valdecebollas con Laura.
Jose B se llevó a Valle, Begoña, Salvador,
Laso, Asun, Luis y su hijo Álvaro (de
9
años) a la ruta
prevista, directamente por la Peña de los Redondos,
donde llegaron con tranquilidad a las 12:15, momento de
un pequeño picnic, acompañado de una bota con una amena
charla en este mágico lugar sobre las bodegas y el buen
vino. Después, a hacer Peña Tejedo y todas las cumbres
que encontraron, aprovechando para realizar un poco de
fácil trepada, por eso de sorprender y encandilar a
Alvarito, que era su primer día de salida a la montaña.
Los demás irían directamente a Valdecebolas
con Javi, que iba poniendo un poco de orden, ya que si
bien la subida no fue dura, como algunos tienen esa
costumbre de imponer un fuerte ritmo, siempre hay
alguien que llega muy justo, como Jorde, motero
empedernido y también nuevo en estas lides que había
venido a probar para encauzar a su mujer por esta
afición. Decía que si hubiera habido un km. más a la
cumbre no había llegado. Sin embargo le resultó un día
fabuloso y, satisfecho, espera hacer con nosotros la
próxima salida, al Cares.
A las 13:40 nos juntamos todos en collado
entre el Cueto de Comunales y Peña Tejedo, al lado de la
laguna, donde después de un breve cambio de impresiones,
como el “ejército de Pancho Villa”, cada grupo nos
volvimos a separar para hacer otras cotas que nos
faltaban.
Estando en continuo contacto con los walkies,
quedamos en juntarnos a comer en el que yo he dado en
llamar Collado Viarce, maravilloso balcón de vistas a
Peña Labra, Fuentes Carrionas, El Cordal de Peña Redonda
y la Sierra del Brezo-Peña Mayor, y más allá, la imagen
impecable de Picos de Europa. Así es que a las 14:37,
llegó el tan esperado momento del bocadillo y momento
oportuno para departir de los muchos y variados temas
que en estos momentos surgen.
La bajada por el herboso valle resultó muy
amena y fácil, teniendo delante de nosotros siempre la
referencia de las Peñas del Moro, a las que todos
dábamos por supuesto, sin comentarlo que Pastelero y Javi no se resistirían sin subir, como así lo hicieron.
Llegamos al pueblo a las 16:40 y emprendimos
la marcha de regreso parando a tomar un refrigerio en
San Salvador de Cantamuda, donde pudimos ya compartir
con todos su experiencia del día. Tal, y resumiendo:
A Ángel, Mamen e hijo, nuevos socios, que no
nuevos en compartir nuestras rutas, les costó algo subir
al Valdecebollas, pero satisfechos porque siempre había
alguien esperándoles. Les llamó la atención las ruedas
de piedra para los molinos que se encontraron.
Arturo, el de los “tresmiles” como le llama
algún amigo, y que está trabajando en Barcelona, el es
la primera vez que viene con nosotros, pero se lo pasó
muy bien, aunque sufrió. Orgulloso de acabar coronando y
terminando como un cangrejo por el sol y el aire, piensa
repetir todas las veces que venga de vacaciones.
Rafa decía que estaba “triste” porque ya hay
poca nieve y no puede practicar con sus esquís, aunque
en esta ocasión se preparó un ingenioso artilugio, a
modo de patines de hielo.
Ceci y Laura, con Antonio, dicen haberse
sentido algo “derrotadas” al final, sintiendo un poco
envidia sana de la “máquina” de Gelines. Lo que no saben
es que dentro de poco van a poder subir a su ritmo si
siguen practicando y cuidándose.
Preguntando al entusiasmado niño Álvaro por
su aventura, dijo: “he subido montañas, cruzado lagos y
llegado a la meta”. Según él no se había cansado nada y
que lo que más le gustó fue la bajada. Luis, el
entusiasta de su padre, con ganas de repetir, acabó un
poco resentido de una lesión de rodilla.
En fin, un bello día por un bello paisaje,
desconocido para casi todos y no falto de momentos para
la meditación que el paraje propone.
|
MTB Matalacasilla-Velilla-Cantecín-
Depósito Guardo 01.05.11
☞
Participaron
15 personas (5
socios). Guías:
Miguel A de Prado,
Javi R
y Jose B
Aunque había 26 apuntados, como a la hora de
salir llovía, al final quedamos 15. Acompañados por los
entusiastas del joven club “BTT Cuatro Caños Guardo”,
salimos con 20 minutos de retraso ya que había que
esperar al “Negro”, que no es nuestro Carmelo, sino otro
chico que por lo visto siempre retrasa las salidas a
esta asociación. Javi y Jose B iríamos en coche de
apoyo, realizando un reportaje de fotografía y vídeo, de
tal modo que aparecían constantemente, ante el asombro
de algún participante que no se explicaba qué atajos
cogíamos para poder estar en todos los sitios.
Llovió algo, pero al final un día perfecto
para practicar la bici, aunque eso sí, llenos de barro.
Carmelo Hompa tiró el primero y en vez de subir por
Matalacasillas se fue directamente al Cristo, con lo
cual haría algún km. de más, incluso la subida a las
antenas, que los demás no hicieron porque se decidió
subir un poco más hacia el Sestil de Torales donde
llegaron a las 10:20, después de las muchas cuestas que
cada vez se pinaban más. Sin embargo el ritmo no era
fuerte, cosa que en un principio temíamos, y los más
cañeros, esperaban continuamente a los que iban un poco
más despacio.
Aquí Iván y Pedro regresaron a Guardo y los
otros bajaron a Velilla por el Valle Pereda, para darse
una vuelta por las Silvas, regresar al pueblo por Las Sebreras y tomar la última subida de Lastares a la
cantera de los Giles en Peña Torquilla. Después
empezaría un bonito paseo que desde Cantecín lleva al
depósito de Valdecastro entre el pinar y robledal. Tras
la foto de familia de todo el grupo, se llegaría a
Guardo a las 12:14 horas, en un día bonito y deportivo
día de la madre. |
EL Cares y Las Traviesas - Cuesta
Duja - Bulnes
☞
Participaron
48 personas (28 socios). Salida a las 7:00 h. - Guías:
José Antonio Bardasco, Javier Rodríguez
, José María
Monge y Julia Quintial.
A
las 8:30, después del protocolo habitual de preparación
de las mochilas, comenzábamos nuestra excursión desde
Posada de Valdeón. De los 48 que éramos, 15 saldrían a
toda prisa hacia Caín ya que iban a hacer la ruta
cañera: Posada-Caín-Traviesas-Cuesta Duja-Bulnes-Poncebos.
Los 33 restantes comenzábamos tranquilamente
por el Camino Bustio hasta el mirador del Tombo para
hacernos la foto de “familia” y contactar con los
walkies con los otros, que ya estaban en Caín. Teníamos
hasta las 6 de la tarde para llegar a Poncebos, dando
tiempo así a nuestros compañeros para que completaran su
ruta, así es que nos íbamos a tomar con calma los casi
24 km. disfrutando de un extraordinario paisaje y un día
perfecto para andar, nublado y con buena temperatura.
Llegamos a las 10 h al Chorco de los Lobos para retornar
unos metros y volver a coger la senda por la ermita de
Corona. A las 11:20 estábamos en Caín, donde tomamos el
café matinal.
Y mientras la mitad decidieron continuar por
la Garganta, Morti se ofreció a cuidar nuestras mochilas
para que subiéramos más cómodos a Caín de Arriba, donde
llegamos a las 12 h. (No aconsejamos nunca que un
montañero se despoje de su mochila, pero el trayecto es
corto y una cuesta muy empinada). Hasta nuestro
Álvaro, de 9 años, se quejaba “¡Pero dónde vamos!”...
Incluso uno de los nuevos con nosotros, Ernesto, que
había venido con Tere decía que había sudado más
subiendo a Caín de Arriba que en toda la ruta del Cares.
Pero nada, al final encantados, unas buenas fotos y
bajada a Caín de Abajo para reanudar a las 12:30 la
travesía, ahora ya con muchísima gente haciendo el mismo
recorrido.
Bastante dispersos, como estaba previsto,
algunos decidieron llegar a comer a Poncebos, otros,
como es habitual en los Collados y otros en la Riega del
Saigu y la caseta del mismo nombre, a donde llegamos a
las 11:40. Aquí había mucha expectación con las cabras,
que no dejaban de hacer el idem de un lado a otro y ver
si pillaban algo de comida. Álvaro disfrutó mucho con
ellas, aunque una le comió su chocolatina.
Aunque muchos tuvieron la tentación, sólo
Valle y Jose B bajamos antes de subir a los Collados,
por la senda que en zigzag baja al camino al lado del
río para llegar a las 16:35 a Poncebos, donde se estaba
poniendo el personal morado a sidra (decían que habían
bebido 18 botellas -buen negocio para el posadero-)
En esta ocasión podríamos decir que ha sido
una excursión de familias, ya que han venido varias, así
como “medio” pueblo de Santibáñez de la Peña. Por
ejemplo Justi y Ángel, que además nos encanta que
vengan, pues siempre nos traen galletas de Virgen del
Brezo, estuvieron con sus hijos Álvaro y Ángel, de 10 y
12, respectivamente, que aguantaron como campeones,
aunque en el regreso, como muchos, venían dormidos del
cansancio.
También la familia Sancha, que hasta se
trajeron a Feli, la hermana de Mamen, y también a
María, la pequeña. Aunque se dividieron porque las
chicas se fueron a la fácil y los hombres de la casa se
tiraron por la ruta dura. Para Ángel JR sería la más
dura que ha hecho hasta ahora, sobre todo en las
Traviesas, que todo era subir y subir...
Gelo y Feli Ramos, ya expertos, dicen que
cuantas más veces hacen el Cares más les gusta... y
especialmente esta vez, todo muy bien organizado y
completo. Les entusiasmó la bajada por Corona, que no lo
conocían.
El jovencito Héctor resultaba un poco
cansado sobre todo por las últimas piedras. Su madre
Merche, que le acompaño, le anima a que sea tan activo y
deportista como sus tíos Chema y Javi, y su primo
Alberto, y que siga para que se pueda renovar el club,
con savia nueva, que nos dé el relevo.
De los de las Traviesas dirigidos por Paste
y Javi, con los Cuchareto’s boys nos lo cuenta
entusiasmado Raúl, que a sus 65 años es de los mejores
caminantes del club: “Ya lo hice hace dos años, pero
quería repetirla porque aquella vez había niebla y no se
pudo ver lo espectacular que resulta... como hoy,
despejada y acojonante. Todos los españoles, mejor, todo
el mundo debería venir por aquí...”
Para Carmelo Negro, aunque al principio
vacilaba que había sido fácil, de media distancia, luego
se sinceró y dijo que era una actividad de “medallas”.
Sea como fuere y como se iban esperando unos
a otros llegaron puntuales a la hora prevista a Poncebos,
y tras el ritual de fotos, sidras, estiramientos, etc. a
las 18:30 salimos. La subida por los Bellos y el Pontón
resultó memorable con el autobús grande de Royalbus.
Algunos no nos podíamos creer que Roberto nos llevara
por allí, pero el experto conductor decidió ese
itinerario porque es el que más le gusta... Parecía que
el morro del bus se marchaba en cada curva y algunos
acabaron con las uñas desgastadas de agarrarse a los
asientos y otros con los pies más molidos de tanto
frenar... Chema decía “Al final este ‘cabrón’ nos marea
a todos”. Y Javi... “Conduce muy suave para lo rápido
que va”
Sin embargo los que íbamos atrás teníamos
otra diversión. Nos había puesto dos mesas y nos dejó
una baraja de tal forma que enseguida se montaron varias
partidas de mus con Paste, Pedro, Morti, Peina y Ángel
Sancha. El humor era enorme, no sé si por la sidra, y
paramos a descansar de los mareos en Oseja de Sajambre,
para llegar a Guardo a las 21:30.
Al final, ninguno lesionado, un poco Álvaro
de una rodilla y Laso, que extasiado, de Bulnes bajó por
el funicular, al que Chema iba a acompañar para no
dejarle solo, pero cuando vio el precio, “ahí te quedas
majo”. |
San
Esteban de Cuñaba - Tresviso - Urdón
05.06.2011.-
☞
Participaron
21
personas (14
socios). Salida a las 7:00 h. - Guías: José Antonio Bardasco,
Javier Rodríguez y José María Monge
A
las 9:20, después de un viaje incomprensiblemente largo
desde las 7:00, paramos a 200 metros de San Esteban de
Cuñaba, donde nos dejó el autobús para poder maniobrar.
Pasamos por el bonito pueblo, su mirador y más adelante
por la zona recreativa donde los Cuchareto’s boys con
Raúl y Ordóñez a la cabeza, con esa costumbre que tienen
de tirar para adelante sin saber dónde van, terminaron
despistándose, obligando a Javi, guía, a hacer el
esfuerzo añadido de ir a buscarlos.
Aquí empezamos una impresionante ascensión
de 600 m de desnivel en 1700 m. de recorrido en hora y
media, hasta el primer alto donde tenemos la primera
vista a Urdón. Continuamos con una subida más técnica a
la cota en la zona del Picayo donde empiezan a haber ya
armazones de madera y cables pasamanos para ayudarse a
ascender.
El día era caluroso y húmedo, así que el
desgaste era mayor y algunos decidimos tomárnoslo con
más calma. Morti iba hecho polvo porque había estado
pachucho toda la semana, además que no tenía idea de
dónde iba, no se había informado y creía que todo era
bajar ya que había leído algo de hacer una ruta por un
“canal”. Llegó a pensar en algún momento en darse la
vuelta... Yo, detrás de él, por fin agradecía el sonido
de la esquila que lleva siempre dando la murga, colgada
de su mochila. Luego se nos uniría una cabra que ya no
nos dejaría hasta Tresviso.
Tras la sierra de subidas y bajadas que
parecían no acabar nunca llegamos al mirador de
Tresviso, punto más alto de nuestra travesía, aunque no
lo parecía y dio lugar a disputas.
A las 13:10 estábamos en Tresviso y tras
tomar un refrigerio y comprar el queso correspondiente,
empezó la separación de los dos grupos, según lo
previsto.
-Por Camino de la Peña -
(7)
Comenzamos a las 13:45 el típico descenso de
Tresviso a Urdón: Carmen, Isabel, Fernando, Laso,
Salvador, Morti y Jose B. Lo tomamos con bastante
tranquilidad ya que el pedregal de la pista en más de
los 7 km. no está como para bajar a toda mecha y porque
íbamos oyendo por los walkies que el otro grupo avanzaba
con retraso. A las 16:15 estábamos en Urdón y luego por
carretera, tras la foto en el Mirador del Salmón, en
media hora más, llegamos a la Hermida.
A Isabel y Carmen les pareció genial la
bajada... Carmen va muy ágil y a veces se da cuenta que
va sola y tiene que pararse a esperar.
-Por la Canal de Reñinuevo -
(14)
Paste tuvo que atajar por el collado de Osina con Carmelo Hompa, Raúl, Miguel, Ordóñez y el de
Gozón ya que algunos venían muy despacio y cansados. Los
demás, continuaron con Javi para llegar prácticamente a
la hora prevista a coger el autobús.
A Diego, que es la primera vez que viene con
nosotros, le ha servido de entrenamiento para la visita
que tiene prevista a Torrecerredo, aunque al final acabó
también algo cansado.
Para Ordóñez “ha sido una clavada, pero me
ha gustado mucho el sitio. La ruta es muy bonita.”
Por su parte, Raúl quedó encantado con la
calzada romana de la ruta alternativa: “Cada día son las
rutas más bonitas, y ésta es espectacular.”
El de Gozón dijo que acabó cansado pero que
va a contar la hazaña a los tataranietos: “La verdad es
que ‘me pone’ apuntarme a las más duras aunque al final
acaba poniéndome de mala hostia...”
Hoy el tema iba de “ponerse” y Aquilino y
Paco, preguntados que cómo se apuntaron a la más
difícil, dicen: “Nada, nosotros si nos ponemos... nos
ponemos”
Y Laura, animada por José Luis, ya se va a
las fuertes también, como buena integrante de los Cuchareto’s boys.
Salimos a las 6 de la tarde para Guardo,
como siempre muy animados en las conversaciones, aunque
“el Piernas” como llama Laura al Peina, se quejaba de
que no le dejábamos dormir en el autobús.
En fin, una maravillosa ruta, que es para
repetir, aunque ha habido gente que se ha quejado de que
no se disfruta demasiado porque “hemos venido a toda
mecha, con la cabeza baja, no disfrutamos de las vistas”
o otros que dicen que “hay que pararse algo más y coger
fuerzas, beber agua, no hacerlo tan seguido..., que esto
no es la marcha verde”. Pues ya sabéis, para la
próxima vez tomáoslo con más calma, que lo importante es
no decir que “he estado” en tal sitio, sino que “he
visto” ese sitio. |
Espigüete y
Valle Río Chico - Cruz Armada (03.07.11)
☞
Participaron 33 personas (18 socios). Salida a las 8:00
h. - Guías: José Antonio Bardasco, Javier Rodríguez y
José María Monge.
Después de los largos preparativos tras bajar del
autobús en Cardaño de Arriba, emprendimos la marcha a
las 8:50. Juli y Jose B, con las niñas Candela y Marina,
su madre y abuelos, se fueron a la Cruz Armada para
volver por el valle Río Chico en un tranquilo y pausado
paseo de 12 km. Los demás comenzaron la subida por
Valdopila al Espigüete cresteando de Este a Oeste para
bajar por la Pedrera Sur al camino de La Binesa.
Carmelo Hompa llegó el primero a Cardaño, y
15 minutos después, sobre las 15:15 llegarían Iñaqui,
Quili y Óscar, con su galgo, a quienes en esta ocasión
les gustó mucho más que la que hicimos el año pasado
desde Valverde, disfrutando mucho, sobre todo el rato de
bocadillo, que no tuvieron que ir con prisas ya que en
la anterior ocasión amenazaba un inminente tormenta que
al final llegó. Hoy pudieron tomárselo con más calma y
deleitarse con el paisaje.
Cuarenta minutos después llegó el Paste con
los Cuchareto Boy’s. Y por fin, media hora más tarde, el
grupo de Diana que había llegado casi dos horas más
tarde a la cumbre.
Los “Cucharetos”, ese grupo de machacas del
club, y que siempre ponen su punto de alegría en las
rutas, se lo tomaron con mucha calma ya que había gente
que iba más despacio, acabando con el orujo allá en la
cumbre, donde estuvieron recreándose una hora en las
espléndidas panorámicas, apoyados por la buena
temperatura del día. Se ve que tenían que ultimar
detalles de esa especie de ermita que quieren hacer en
Peña Mayor.
Y es que Cuchareto, que anda como un lince, además del
orujo, se lleva 5 latas de woldan, y se la bebe, oye!
Esta vez había venido con nosotros bastante
gente nueva como cuatro catalanes que estaban de
vacaciones y aprovecharon para apuntarse a la ruta. El
problema es que creían que habría un sendero hacia la
cima, que no era roca, y tres de ellos tuvieron que
darse la vuelta, costándoles mucho la bajada pues no
tenían claro el trayecto. Continuó sólo Jose Montmani,
de 67 años, que ya ha subido montañas como el Cervino
(“todas las montañas cansan” - decía) y con él su
pariente, el joven y deportista Khalfan, de Guardo, que
está dispuesto a seguir yendo a nuestras rutas.
Gorka y Ricardo es la primera vez que vienen
con nosotros. Espigüete era algo que tenían pendiente y
hoy fue la oportunidad. El serio Gorka, corredor
semiprofesional y gran deportista también, dice que no
tiene nada que ver esto con la carrera a pie, por lo que
hay que entrenarlo para poder subir y bajar sin sufrir
tanto. Ricardo se anima a venir a la próxima con
compañía. Les esperamos....
A Javier, otro chico nuevo en estos lares,
de Saldaña él, y que estrenaba botas para la ocasión, le
pareció una dura subida y la bajada le costó mucho. Pero
está muy animado.
Miguel, de Valladolid, que ya ha subido a
Tres Provincias, espera irse acostumbrado. Iba con
Diana, de Muñeca, a quien el descenso le costó mucho y
venía bastante machacada. Iba con ellos José Ramón,
hermano de ella, que estuvo muy preocupado de su
“hermanita”, de quien tuvieron que tirar, con la ayuda
de los guías.
René y Zoe, también nuevos, manifestaron
estar cansados pero muy satisfechos.
|
Torre de
la Bermeja y Vega de Llos (17.07.2011.)
☞
Participaron 22 personas (15 socios). Salida a las 7:00
h. - Guías: José Antonio Bardasco, Javier Rodríguez y
José María Monge.
Comenzamos a andar a las 8:00 en un día desapacible de
niebla y a veces lluvia.
Prácticamente fuimos todos juntos hasta el
Frade. Y aunque sin buenas vistas, había sido un bonito
paseo, sobre todo por los muchos helechales por los que
pasamos. Llegamos al Cdo del Frade a las 11:00 h. Hacía
mucho frío y viento y Carmelo Hompa, Gonzalo, Elena,
Juli, Carmen y Jose B hicimos la ruta alternativa por la
Vega de Llos, ya todo bajada y de forma tranquila.
Gonzalo, sensato él, tuvo que desistir en el
Frade ya que no llevaba la ropa adecuada para seguir la
ascensión. Y es que por eso es ya un experto, tanto que
ha participado el pasado 25 y 26 de junio en la reina de
las Carreras por Montaña: “La Travesera Integral de
Picos de Europa”, que cruza los Tres macizos de los
Picos.
Como dice Carmen “Hay que aprovechar en
estas rutas a beber agua, porque cuando va con los otros
no se para ni a beber...”. Con toda la pantolonada
mojada, llegamos al refugio de la Vega de Llos a las
11:30 h. Después ya a veces salía el sol y tuvimos un
precioso paseo por el camino viejo de Soto, donde
pudimos degustar de las moras y de las muchas guindas
que había, mientras contactábamos con el otro grupo que
ya había hecho cumbre. Comimos en Soto y a las 14:30 ya
estábamos en Posada.
En cuanto a los de la Bermeja, algunos
pasaron penurias por el frío, como Khalfan, ya que no
llevaba la ropa adecuada para estos lares. Es que es su
segunda salida a la montaña y aunque le ha parecido más
fácil que su anterior subida al Espigüete con nosotros,
seguro que ya ha tomado buena nota para su mochila.
Para otros, como Carmelo Negro, con su humor
habitual: “Ha estado bien. No hemos visto nada, así es
que ha estado bien.”
A Raúl, que como de costumbre se perdió dos
veces, incluso al empezar, y por lo tanto a los que le
seguían, con el correspondiente cachondeo de los demás
que aguanta estoicamente, lo que más le fastidió no ver
Peña Santa por la niebla.
Salvador Martín, el veterano del grupo,
sigue pidiendo certificados de que es capaz de hacer
todo esto y enseñárselo a sus amigotes y familia. ¡Que
te creen, hombre! ¡Cómo no!
Los Cucharetos’s, con sus woldan, licores,
vino, etc... iban como siempre a tope, así es que cuando
paraban a esperar se quedaban fríos. Total que a Javi se
le ocurrió enviarles con el Pastelero al Pico Pambuches
para que les diera tiempo llegar a los demás y así comer
todos juntos en el lugar previsto. Luego, como les veían
con tantas ansias de subir y subir, les metieron por la
Canal de Pambuches a su horcada “a pasar un poco de
miedo”. Y es que esta vez les acompañaba El Chatín, que
va siempre con el turbo puesto. A Ángeles le costaba
seguirle, de tal manera que alguna bronquilla se han
echado....“Es que tiene un tiro... lleva el ritmo ‘pa’
arriba, ‘pa’ arriba. Y no mira ‘pa’ atrás, hasta que ve
que no le seguimos y vuelve a bajar y luego a subir...”
Total que como cinco magníficos se harían una ruta de lo
más complicada y hasta tuvieron un gran susto por una
piedra que le dio a Víctor en la mejilla. Pero sólo se
quedó en eso, en una heridilla. Decía José Luis: “Lo
mejor del día la pedrada que le hemos pegado al Tuquines...
Y es porque hace unos años me quitó una novia en los
Bajos y se la tenía prometida...”
A las 15:30 llegó el primer grupo con Javi
y una hora después, el segundo grupo, de Pastelero, que
habían bajado casi toda la pista corriendo.
Bueno, pues otro día de sendero, otra semana
de salud. A ver si seguimos viniendo todos, incluso los
que se quedaron sin plaza y seguimos aprendiendo de
estos montes, de esta compañía, y cómo no, también que
sigamos aprendiendo a andar, cada uno a su ritmo,
haciendo caso de los consejos de los guías, para que
nadie se queje luego de que “con esta gente se cansa
uno mucho”. |
Ruta
Costera Oreña-Punta Bayota (07.08.11)
☞ Participaron
17 personas (10 socios). Salida a las 8:00 h. - Guías:
José Antonio Bardasco, Javier Rodríguez y José María
Monge
Comenzamos a andar con un día espléndido a las
10:15 h y en 1 hora ya estábamos visitando una de las
minas de cinc de la Punta del Poyo tras bajar por una
senda de tojos. La visita no fue muy larga, pero lo
suficiente para oír un bufón.
A la una del mediodía llegamos a la playa de
la ermita de Santa Justa, donde nos dimos veinte minutos
para que algunos se pegaran un chapuzón y otros tomarnos
el vermouth dominguero.
Una sesión de fotos en el Torreón de San
Telmo y nos dirigimos a la playa del Sable, que
estábamos viendo con mucha gente.
Habíamos propuesto la idea de que el que
quisiera se quedara ya en la playa, pero todos decidimos
continuar, hasta que al final seis iban con mucho calor
y decidieron volver a la playa para tomar el ansiado
baño. Los demás continuamos hasta la Punta Ballota,
donde llegamos a las 14:30, con muchísimo calor.
Estuvimos menos de lo que quisiéramos para admirar los
acantilados y todo el paisaje (hasta Picos de Europa) ya
que nos “comían” los tábanos de los muchos con los que
nos topamos a lo largo del día. Así es que volvimos ya
más relajados por pista hasta que encontramos un buen
sitio para comer, un bonito “flish”, formación rocosa,
donde pudimos ver mucho marisco, cantidad de percebes.
A las 16:10 estábamos ya bañándonos en la
playa y aunque daba pena dejarla por lo bueno que hacía,
tuvimos que coger el autobús a las 18:15 para así
evitarnos luego los atascos típicos de los días
playeros. Una parada en el área de descanso de Reinosa y
llegamos a Guardo a las 20:45.
En fin, una ruta perfecta para un día
perfecto, con caminos, pistas, chiringuitos y playa...
Tal era el ánimo que Begoña ha pedido una ruta costera
una vez al mes, en verano. |
Marcha
nocturna
a Peña Mayor (10.09.2011)
☞
Participaron 17 personas (12 socios). Guías: Raúl
Macho y Jose A
Bardasco
Horarios: Salida a las 20:10; campera Cantecín a las 20:50; Cdo. Pedro Fernández a las 21:20;
Cueto del Asno a las 22:10; Cdo Peña Mayor a las
22:40; Peña Mayor a las 22:55; llegada al Monumento
Minero a las 2:15 h.
Participamos 17 montañeros, el día que más
asistencia hemos tenido en esta actividad. La luna, un
poco remolona, tardó en aparecer, pero después nos
alumbraría como un luminoso día. Como va siendo
tradición, esta nocturna la hacemos a Peña Mayor (Para
la próxima temporada, ya veremos, por eso de que nos
gustan las sorpresas.).
Hasta la llegada a la cumbre habíamos
recortado 15 minutos lo tardado el año pasado. Sin
embargo al final llegamos de vuelta a Guardo 25 minutos
más tarde ya que Bea iba muy cansada y teníamos que
esperarla, aunque con la ayuda de Antonio, Salvador y
Chatín (que iba al día siguiente al Curavacas) todo se
hizo más agradable.
Siempre llevados por Raúl, como buen guía y
que se conoce el terreno como la palma de la mano, que
controlaba fenomenalmente los tiempos y lugares de
espera, hemos podido llegar a buen puerto.
La subida fue bastante cómoda, y cuando nos
quisimos dar cuenta ya estábamos en la cumbre, aunque
habíamos parado a ver el paisaje que se nos ofrecía
detrás: luces dispersas de infinidad de pueblos que
jugábamos a adivinar en el mar de Palencia y algunos de
León. Allá al fondo el resplandor de la capital. Y más
cerca, el parque eólico de la Vega-Valdavia donde los
aereogeneradores parecían “antidisturbios” en la
profunda noche por el destellar de sus luces eclipsadas
intermitentemente por el paso de sus palas.
Gonzalo nos dejó nada más llegar a la cumbre
porque tenía prisa y bajó corriendo, como es habitual en
él, hasta Guardo.
Antonio y Bea era la primera vez que venían
con nosotros y para él nos pareció un cómodo paseo,
siempre animando a su mujer Bea, a la que los 17 km. le
hicieron sufrir mucho, pero
no se quejaba porque
para ella fue todo una aventura, porque además de la
primera ver que ascendía a una montaña se le sumaba el
agravante de hacerlo de noche. Pero ha quedado
satisfecha de sí misma, aunque no sabemos si con ganas
de hacerse una asidua montañera.
Cenamos en la cara norte de la cumbre, pero
pronto empezó a hacer frío y realizamos un rápido pero
cuidadoso descenso a la valleja de Peña Blanca, donde ya
tuvimos de nuevo noche fabulosa. Después una larga
caminata por pista, pasando por el Hoyal, animada por
las agradables y desenfadadas conversaciones, entramos
por Bª Barruelo para posar en la plateresca fachada de
la Casa Grande a hacernos la foto de grupo. Esta vez,
los que nos quedamos cambiamos de lugar y nos fuimos al
XL a tomar unas cañas de casi dos horas, pero es que
realmente estábamos fenomenal.
A alguno, ya experto montañero, se le
ocurrió decir que “¡Mira que es la primera vez que subo
a Peña Mayor!”
Pero claro, para eso siempre hay alguien más
experto todavía, como Salvador que le contestó: “¡Pues,
anda, mira que yo he tardado 65 años en subirla!”
Elena le ha dado un toque especial por
correo y nos ha contado:
“Como siempre que he ido con el club,
disfruté de lo lindo. Personalmente, la subida la hice
bastante cómoda y la bajada sólo alguna molestia en las
dichosas rodillas. Pero además, el que fuera una ruta
nocturna le añadió un toque especial: otros colores,
otros sonidos, otros olores. Creo que esos momentos de
silencio cuando ya estábamos en la cumbre significaban
que todos podíamos apreciar aquella vista tan hermosa
que teníamos delante de los ojos. Gracias, como siempre,
por dejarme compartir tanta belleza.” |
Curavacas y
Monte las Huelgas - Lagunillas
25.09.2011.
☞ Participaron 29 personas (22 socios). Salida a
las 8:30 h. - Guías: José Antonio Bardasco, Javier
Rodríguez y José María Monge
Comenzamos a andar a las 9:45 en Vidrieros.
Como es habitual hicimos dos rutas, la del Curavacas y
la del Monte de las Huelgas. La primera para los más
cañeros, y la segunda para los demás, aunque tampoco
demasiado fácil añadiéndola el Pozo Oscuro y haciendo
las Lagunillas, con 17 km. de sube-baja. Y si no que se
lo pregunten a Mamen, que acabó derrotada, quizás por
las bajadas y por lo largo que se hace al final la pista
de Pineda.
Grupo de Las Huelgas:
Fuimos 10 y a las 12:00 h nos abandonaron en el
refugio Mollorente Pedro y familia porque a Marina, de 7
años, le costaba respirar, bajando al pueblo, y como
decía Teresa “Llevamos desde la una y media aquí, así es
que ya nos han hecho hijos predilectos”. Por su parte,
Candela, de 6 años, de lo que más se acuerda es de los
gatos que les acompañaron en la subida y que casi le
comen el bocata. La idea era que hubieran subido al
collado del Pando para tener una preciosa vista del
valle de Pineda... Pero tendrán mucho tiempo todavía...
A las 12:20 h estábamos en la cima,
contactando con los del Curavacas, que iban muy bien y
tenían intención de bajar a acoplarse con nosotros. Así
es que para darles tiempo decidimos bajar al Pozo
Oscuro, de lo que no nos arrepentimos. Llegaron dos
horas después al Monte de las Huelgas y se pusieron a
comer. Nosotros ya lo habíamos hecho y estábamos en el
Cdo. del Pando, pero no tardarían en cogernos. Cuchareto
fue corriendo por todo el pedregal para alcanzarnos en
Las Lagunillas en media hora. Luego irían llegando los
demás.
Para Elena, que se cayó varias veces e
incluso perdió el bastón (No hay problemas. Todo lo
encuentra Javi...) con su optimismo: “Cada ruta es más
bonita que la anterior. Yo no sé en qué va a acabar
esto...”. Había coincidido aquí con un alumno, Ángel JR,
que para demostrar su valía a la profe iba todo el
tiempo de primero...
Llegamos a Vidrieros a las 18:15 h, y poco
después llegarían los que faltaban de los cañeros.
Grupo del Curavacas:
Hemos hecho muchas cotas, notándose que estamos al
final de la temporada, exigiéndonos un poco más, como
Carmelo N que se acaba de hacer una aventura en
solitario por Pirineos, que por cierto, dice que le
gusta más esto que aquello, que está seco.
En un grupo tan numeroso, 19, siempre hay
alguien que va más lento, lo que a nadie le debe
sorprender. Por ello, Pastelero venía acompañando muy
atrás a Sara y algo más adelante iban Salvador, Jorge y
Javier (que se liaron en el último paso y tuvieron que
esperar al guía para llegar bien a la cumbre). Después
bajaron por el Callejo Grande, menos Pastelero, que
siguió a pillar al otro grupo.
Salva venía un poco desilusionado porque le
daba la impresión de que a partir de la fuente había
subido a gatas, con mucho esfuerzo, por lo que dice que
tendrá que buscar caminos más llevaderos...
Por su parte, Sara venía ilusionada con el
Pastelero, quien le había llevado y esperado todo el
tiempo como buen guía, que no había comido ni bebido
nada. “No sé si es un vampiro, humano o superhéroe...”
Para Javi, de Saldaña, que como se cayó
tenía que trepar a una mano: “Una paliza, como todas,
pero muy bien porque hemos ido tranquilos con Pastelero,
viéndolo todo.”
Para Jorge, que dice que nunca ha hecho nada
salvo jugar algo a baloncesto: “Cuando estás subiendo
te das la vuelta y con lo que ves se te quitan todas las
penas”
Los otros 14, el grueso del grupo, guiados
por Javi R, siguieron para arriba ya que no podían
esperar tanto a los de atrás, haciendo las cumbres, y
Collado El Hospital-Monte de las Huelgas-Las Lagunillas.
De este último “serrucho” bajaron a la pista y algunos
decidieron acabar por el refugio Mollorente hasta el
pueblo. Los demás continuaron hacia el Valle Pineda como
había hecho el grupo de Bardasco. Sin embargo, como son
tan aventureros no le hicieron caso del itinerario y por
querer acortar se liaron un poco e hicieron más de lo
previsto (Rita decía: “Claro. Es que queréis deshaceros
de mí, por eso vais por el atajo.”).
Jesús, ese chico todo el día pegado al
ordenador, sin embargo, aunque es la primera vez que
viene con nosotros se le ha notado un experimentado
montañero: “Una experiencia muy buena, a ver si se me
pega algo”.
Raúl: “Ya hemos completado el Curavacas por
todas las laderas. Esta vez por la Sur. Este año, una
vez llegado a la cima hemos tirado para el Este en vez
de para el Oeste, viendo los lagos del Hoyo Muerto y el
Pozo Oscuro.”
Al velillense José Ramón R le encantó,
resultándole un acierto total subir por la vía Sur.
José Ramón M - aspirante a “cuchareto”-
pronto conseguirá el ‘rango’ del grupo, quienes le han
adoptado como “Muñeca”, pero le falta “darse a la
bebida” como ellos, aunque esta vez dicen que se
quedaron cortos en el vino y el orujo (Bueno, esto de
la bebida es la broma que siempre nos gastamos...).
Por su parte, Los Cucharetos, en su línea,
que ya tienen un vicio irreversible por la montaña y que
se plantean cada día hacer rutas más extremas han
denominado a la diagonal de la subida como “Sur
directa”, aunque al experto Pastelero no le hace mucha
gracia pero comprende que es porque ‘metieron la
directa’. |
Senda de la Jocica
16.10.2011.-
☞ Participaron 30 personas (22 socios). Salida a
las 8:00 h. - Guías: Raúl Macho y Chema Rodríguez.
Salimos de Guardo a las ocho y poco de la mañana con las
bajas de Gelines y Víctor, que el día anterior habían
hecho La Integral de Fuentes Carrionas, una super ruta
con Jose Paste, y bajaron del Espigüete a las 10 de la
noche. Esta vez el brebaje milagroso de la petaca de
Tuquines, no fue suficiente para recuperar fuerzas. Sin
embargo al Paste no le pareció demasiado y vino con
nostros -Cualquier día se va a salir de la buena forma
física que tiene-.
Como el número de personas había superado
las expectativas, hicimos la salida desde Oseja de
Sajambre, pues el autobús grande no podía pasar el túnel
que hay en la carretera a Soto. Así que, siguiendo las
marcas de Senda del Arcediano, iniciamos la ruta hacia
Soto. Un camino jalonado de avellanos y nogales… que se
lo pregunten a Rafa y a Mari, que dieron buena cuenta de
ellos
y al final
nos contarían: “Una ruta preciosa, naturaleza viva y
muy nutritiva, por orden de degustación: nueces,
avellanas, hayucos, manzana amailla, moras y majuetos.
Todo muy rico, gracias.”
Llegamos a una bifurcación, una pista iba directa
a Vegabaño y la otra, la del Arcediano, bajaba a Soto.
Aquí nos dividimos, y los que se fueron directos pasaron
por el mirador de los Porros, que les había encantado.
El resto llegamos a Soto de Sajambre, bello
pueblo de montaña en el que hicimos una paradita breve.
La subida a Vegabaño la hicimos a buen ritmo, acortando
los continuos zigzags por algún atajo. Aquí coincidimos
con un numeroso grupo de Lugones, que hacían nuestra
misma ruta y a los que veríamos alguna vez más a lo
largo del camino.
En la portilla que prohíbe el paso a los
coches, ya cerquita de Vegabaño, nos juntamos con el
grupo de los Porros (del mirador, claro, no es que
vinieran “fumaos”) y llegamos juntos a la majada, donde
paramos un ratín a comer algo, y los que se acercaron al
refugio, como Sancha, a tomarse un rico café de puchero.
A partir de aquí, empezamos a ver los
paredones de Picos, que ya no nos abandonaron en todo el
camino. Maite, que venía por vez primera, comentó que
mareaba lo bonito que era todo. Después de pasar Carombo,
cogimos la senda de la Jocica, tramo en el que el calor
hizo que fuéramos agotando las reservas de agua. En la
presa, unos pocos bajamos las escaleras hasta el mirador
(Sólo Ángel Sancha Jr. bajó casi hasta el final. Es lo
que tiene ser joven.).
La comida la hicimos poco más adelante, y
allí “rularon” con alegría las botas de vino de Valle y
Raúl. El vino estaba de muerte.
Un descenso con fuerte desnivel y ya entrando en Amieva,
Laura cayó de bruces, dándose un buen golpe en la
rodilla.
La bajada de Amieva a la carretera general
fue un pelín accidentada, pues los bajos delanteros del
autobús pegaron en el asfalto y tuvimos que bajar rápido
para que pudiera maniobrar. A pesar del sustillo no
faltó el humor “Dejadnos bajar a los jóvenes, que
tenemos toda la vida por delante”-decían-. El viaje
continuó hasta Guardo sin ningún contratiempo,
terminando otra precioso, aunque agotador, por lo largo,
día de montaña. |
Puertos de Fuentes-Ropero-Pozo Arbencia
(Saja-Besaya) 30.10.2011.-
☞
Participaron 31 personas (16 socios). Salida a
las 8:00 h. - Guías: Jose Paste y Javi R
Con una mañana fresquita, aunque despejada, salimos de
Guardo a las 8 de la mañana, con la baja del guía Jose
Bardasco, que por motivos de salud no pudo acompañarnos
esta vez, aunque nos había preparado como siempre el
minucioso itinerario y más explicaciones y consejos en
los correos que nos envía y en la web. En Santibáñez
recogimos a otros 13 animados montañeros, de edades bien
dispares. Tampoco esta vez nos faltaron esas riquísimas
palmeritas de la Virgen del Brezo, que nos trajo Gelo.
Subiendo
Palombera desde Espinilla el autobús nos dejó en uno de
los pocos trozos en los que se ensancha la carretera y
comenzamos a andar con muy buen ritmo, a pesar de los
kilómetros que teníamos por delante. Seguimos por una
pista que nos permitió contemplar esos inmensos valles
cántabros (no es extraño el lema de esa comunidad:
“Cantabria infinita”), en los que parece siempre
primavera.
Llegamos al alto de la Cruz de Fuentes,
aunque pocos se acercaron a verla de cerca para no
perder el ritmo; todos decidimos seguir el mismo
itinerario a pesar de plantearse la alternativa de
llegar a Bárcena por el recorrido habitual de la pista.
Al coronar el Ropero hicimos la primera
parada para reponer fuerzas, y sobre todo, para
contemplar las impresionantes vistas que se ofrecían
ante nuestros ojos. Daba lo mismo mirar en cualquier
dirección, todo era bellísimo: el embalse del Ebro, la
peña Amaya, Brañosera, las montañas pasiegas, los
praos campurrianos….y hasta Santander. Aunque Javi
nos lo venía diciendo ya desde hacía un rato “Se ve toda
la bahía de Santander… e incluso un barco”... No faltó
alguna chufla de algunos que no veían absolutamente nada
por la bruma (y por las dioptrías que juegan malas
pasadas).
También vimos a un nutrido grupo de
ciclistas, que frecuentan una zona tan apta para la bici
de montaña. Y así comenzamos a descender apareciendo
ante nosotros brezos, acebos, robles y cada vez más,
hayas y algunos tejos “de 1003 años, año arriba, año
abajo”, en opinión de Mamen. Para Valle, uno de los
árboles más bellos, pues no se parece a ningún otro.
Por su parte, Juli observaba emocionada esos
valles tan conocidos para ella. Aquí comenzamos la parte
más dura: una bajada muy pronunciada a través del hayedo
y el Río Hormigas, que nos proporcionó la parte más
divertida a algunos, y de más sufrimiento a otros. Rita
se preguntaba el porqué del nombre, pero quizá tenga que
ver el que para vadearlo una y otra vez (alguno intentó
llevar la cuenta). Teníamos que ponernos en hilera, como
las hormigas, para salvar cada dificultad... Los niños
que vinieron salvaron todos los obstáculos sin problema,
dándonos una lección a los que dudamos de su pericia y
su resistencia.
Comimos a la orilla del río, al lado de una
de la bonita y buscada cascada de Arbencia, si bien un
grupo prefirió comer cerca de la pista, para poder secar
un poco la ropa mojada por un traicionero resbalón.
María Sancha celebró su 10 cumpleaños con
una tarta especial… ¡Y hasta sopló la/s vela/s! Mientras
le cantábamos el “cumpleaños feliz”.
Sólo nos faltaba el último tramo hasta Bárcena, muy cómodo pero menos espectacular, por lo que
se hacía algo pesado. El pueblo, como siempre,
abarrotado de turistas, aunque ni eso le quita el
encanto. Otro día de montaña para recordar. |
Peña Ubiña 06.11.2011.-
☞
Participaron 8 personas (6 socios). Salida a
las 7:00 h. - Guías: Jose Paste
Se
cumplieron los malos pronósticos del tiempo motivando
que sólo se apuntaran ocho a esta salida. El viaje
resultó largo y pesado debido a las curvas. Iniciamos la
ruta a pie de las nueve y media desde Torrebario, con
una pertinaz lluvia que al poco rato se transformó en
nieve, la que no nos abandonaría en todo el trayecto.
El primer tramo lo hicimos por una pista muy
empinada que se iba cubriendo de manto blanco a medida
que ascendíamos, pasando posteriormente a una ladera
rocosa que hacía muy difícil la progresión, pues la
nieve nos llegaba en algunos puntos más arriba de la
rodilla. Para colmo de males se metió una cerrada niebla
que añadida a la nieve que caía y al fuerte viento
reinante, al llegar al collado de Ronzón, 2000 m. de
altitud, nos obligó a dar la vuelta, desistiendo de
subir a la cumbre ya que existen tramos que hay que
trepar y es ciertamente peligroso.
El descenso le hicimos circular, para
visitar una preciosa ermita que se encuentra entre Torrebarrio y San Emiliano, en lo alto de un
promontorio.
Llegamos a San Emiliano prácticamente a la
hora de comer y como seguía lloviendo nos refugiamos en
un bar a darle a los bocatas, con el permiso
correspondiente del dueño y al calor de la chimenea.
Después de los cafés y chupitos iniciamos el retorno
para llegar a Guardo a las seis de la tarde.
- Raúl M- |
Convivencia en
Albergue de Horcadas 12-13.11.2011
☞
Participaron 23 personas (21 socios).
Responsables: Jose Paste y Jose B
Este año, como la convivencia en refugio estaba cerca
de Guardo, dimos la oportunidad a quien no pudiera
quedarse a pernoctar de hacer la ruta del sábado, en
este caso la de Peña Las Pintas. Así a Elena, Gonzalo,
Alex, Javi y Jose P se unieron Asun, Diego, Rafa y Maite
Blasco.
Además, también dimos la oportunidad de
poder participar sólo el domingo, hacer la ruta prevista
y luego quedarse a comer con todos. Se unieron a los del
albergue: Carmelo N, Gelines, Laura, Cuchareto, Tuquines
y el “menda” Josea B. La experiencia de abrir la
participación de esta forma no puedo ser más prolífera:
Peña las Pintas desde Salamón con
buen tiempo y avistamiento de cazadores, se metieron en
un “berenjenal”, complicándoseles la subida en algunos
pasos, de tal manera que Asun y Elena sufrieron
mucho.
A Elena le tuvo que ayudar Gonzalo para que no cayera
por una roca. Jose P se fue por otra parte y se quedó
colgado, teniendo que ir Javi a su ayuda. Asun diría que
“¡No vuelvo a hacer otro 8.000!”. Después ya se vio que
la subida era un poco más a la derecha, por un callejo
hitado.
Ya por la noche una buena cena con los
típicos macarrones brañeros de Vicky, unas risas ...
(alguno influido por el orujo); conversaciones
filosóficas, a veces políticas ya que se estaba a una
semana de elecciones generales... Y a la 1 de la mañana
ya estaban todos durmiendo: El día había hecho mella.
Ya en el domingo, después de un opíparo
desayuno preparado por Paste, salimos a las 10:40 hacia
el Gilbo (Javi, Jose P, ...) y hacia el Collado del
Baile (Pedro, Teresa, Candela, Viky, Óscar, Jana,
Julia, Elena y Josea B + Homer, el perro de Viky).
Empezamos en busca de una cueva que nos había dicho
Pastelero y acabamos haciendo cumbre en la Peña
Castiello, que a las niñas las encantó. Un bonito paseo,
aunque algo de barro, para llegar al albergue otra vez a
las 14:00 h. más o menos a la misma hora que los del
Gilbo.
Los del Gilbo, con un buen día,
subieron sin problemas. Después, menos Carmelo que bajó
a su sobrino Alex, ya que está bastante delgado y no
quería arriesgar pues había bastante viento, los demás
decidieron seguir toda la estrecha y aérea cresta a ver
si llegaban al pantano. No llegaron por poco ya que se
les hacía tarde para comer, pero la experiencia y las
vistas fueron inolvidables....
No pudieron faltar a la cita los Cucharetos,
aunque Gran Cuchareto se quejaba de que esta vez le
habían dejado sus socios un poco desguarnecido porque la
ruta les había resultado muy light,
aunque disfrutaron como niños con el cordal del Gilbo y
mucho más con el ambiente de la comida después en el
albergue, donde nos sorprendieron con su petaca de wisky.
Total que nos juntamos para comer 19. Buena
comida, un poco sosas las lentejas... Fue el día de las
llaves, porque Pastelero se había perdido las de su
coche y tuve que llevar las de repuesto las de Guardo, y
después durante la comida Tuquines perdió las suyas y
nos costó un montón encontrarlas. Aparecieron en el
bolso de Teresa -“A ver si la próxima vez te las cuelgas
de los ...”- dijo. (¡Esto de estar acostumbrada a
trabajar con camioneros...!)
Después de la comida, a Gelines le dio por
fregar los cacharros y nos resolvió esa papeleta que se
tiene siempre de “A ver a quién...”
A Julia (4 años) sólo le ha gustado “La casa
y la cama”. A Candela (6 años) lo que más le gustó fue
jugar con Jana y Julia y el refugio. A Jana (5 años) lo
que más le gustó fue la cueva (La verdad es que no
vimos ninguna, pero la estuvimos buscando).
Por su parte, Alex, de 13, se puede decir
que ya es un experto, pues subió las Pintas y al día
siguiente el Gilbo, y con las niñas se lo ha pasado a lo
grande. El único pero es que llevó una carabina de
perdigones y se pasó bastante tiempo dándole a las
dianas que llevaba y a algún otro objeto más... (¡En
fin...!)
A Vicky, tradicional en este evento con su
familia, le ha gustado que todos han colaborado mucho
con las tareas domésticas. Dice que siempre se echa en
falta a alguien... Seguro que los que faltan están de
una manera o de otra...
Al regreso paramos en el mirador de
Riaño para que vieran El Gilbo, Las Pintas y pudieran
diferenciar y situar los picos y por donde habían
subido. A las 20:00 h. ya estábamos en Guardo. La verdad
es que un lugar y albergue para volver... |
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