EXPERIENCIAS 2013 Club de Montaña Peña Torquilla
Ver en PDF
Aquí
os
ponemos
algunas
de
actividades
que
hemos
realizado.
Si
queréis
saber los itinerarios seguidas
de éstos
y otros
más,
tenéis
que
ir
a
la
página
de
Rutas
y si queréis fotos, pues eso:
Fotografías
|
Sierra del Ajo -
Vegarada- San Isidro (20.01.13)
☞
Guías José Mª Monge y y Javier Rodríguez / Participaron 6 socios.
Era la primera salida del club del 2013. Habíamos tenido dos
días desapacibles de lluvia y viento; la tarde anterior nevó
bastante y por si fuera poco se había anunciado una
ciclogénesis explosiva.
Así es que aparte de animarse poca gente, surgían dudas de si se
iba a hacer la salida y a qué lugar. Los cinco valientes que
salieron de Guardo decidieron ir al previsto puerto de Vegarada
y se unirían en La Vecilla con el Peina que había llegado desde
León en su flamante “Bala Blanca”.
La carretera del Curueño se ponía mal y al final se
encontraron con el inevitable embolado llamado “quitanieves” que
se obcecaba en embestir
una y otra vez a un parvero que no conseguía abrir, hasta
quedarse atascado, tal vez porque era una guerra perdida o por
los nervios que pilló el palista por las broncas y voces del
prepotente oficial de la Diputación que allí se presentó. Al
final tuvo que acudir otra máquina a sacarle... Total que
pasaron un largo rato viendo las maniobras, todo un espectáculo,
y quizás por eso fue de lo que más se acordaban al regreso de la
jornada.
No esperaron a que se abriera el tráfico y
decidieron subir antes del collado de Vegarada hacia las sierras
de las Fuentes de Invierno y la Sierra del Ajo. Hacía
bastante bueno aunque luego se metió la niebla.
Tras una dura subida con caída incluida del Paste al río que
vadeaba, llegaron al Jeje (2064 m) (Jerejé como lo llamaba
Tuqines). Cuchareto, a la media hora de raquetas ya iba
cansado, no habitual en él, y es que se había estado dando
mucha caña toda la semana, sin descansar bien. (¡Que el
cuerpo avisa...!): Veía negra la nieve, se le subieron las
bolas al bajar, no quería descender por donde el Peina... En
fin, que lo pasó muy mal y aunque primero manifestó no haber
sufrido tanto por el buen compañerismo que había, luego se
desdijo:
- “Bueno tampoco por compañerismo, porque les decía que
parasen a ver el paisaje, y ellos para arriba... ¿Tú
sabes que frustración verles cómo tiraban y yo no podía?”
-Explicaba-
Así y todo no perdió el buen humor del que hace
gala, incluso se bebió la botella de vino y las dos de orujo que
llevaba -eso sí, compartiéndolo con sus colegas de viaje.-
Tuquines después le ‘puteaba’.... y decía que por
su culpa se tuvieron que dar la vuelta antes de tiempo. Y es
que por lo demás, Cucha, donde las dan, las toman. Acuérdate de
la reventada que pegaste a algunos en la subida al Murcia del 22
de julio pasado. Ahora se estarán ‘partiendo de risa’.
El Peina había llevado sus esquís nuevos para el
descenso, pero se mareó en la bajada. Creíamos que era del
esfuerzo que había hecho al subir... llegaba rojo como un
tomate. Rafa dice que todos se marean al bajar con la niebla,
pero ya nos hemos enterado que no es la primera vez que le pasa
esto con los esquís... Habrá que mirarse ese tema.
Y a Rafa le falló que esta vez no llevaba los esquís
que tanto le gusta en este tipo de rutas.
Después de la raquetada de cuatro horas comieron a
cubierto en el ruinoso Mesón de Vegarada. A la vuelta visitaron
la cascada de Nocedo, en este bonito rincón cerca de Nocedo de
Curueño, donde como bajaba muchísimo agua, disfrutaron de una
ducha natural.
Mientras
contaban estas batallitas, ya de regreso en el Equus, a las 18:00
h, parecía que podríamos clasificar la jornada como la “ruta de
los llorones”. Sin embargo no fue así por lo que le contaban a
Raúl que en esos momentos nos llamaba desde el Balcón de Judas ya
que había aprovechado que en Guardo quedó un día nevado perfecto
para andar, con una temperatura que no bajó de cero grados...
|
Canal de San Carlos - Sagrado
Corazón (03.02.13)
☞
Guías José Mª Monge y y Javier Rodríguez /
Participaron 20 socios.
Según el
calendario anual del club se tenía previsto la invernal al
Tesorero
pero una semana antes, dando una vuelta por las Redes Sociales, nos
enteramos que el teleférico se había cerrado hasta mediados de febrero,
así es que tuvimos que cambiar el plan y elegimos la
Canal de San
Carlos-Sagrado Corazón, que ya habíamos hecho en mayo de 2005.
Se
habían apuntado muchos para lo que suele ser habitual en este tipo de
rutas (invernal de crampones, etc.). Como dijo el presi Paste cuando
llegó a la salida y vio el percal “Teóricamente no se tenía que haber
apuntado tanta gente”. Mejor: eso es buena señal.
Salimos a las 8:20 en cinco coches con una temperatura de
ocho grados bajo cero. La carretera a partir de Vañes estaba cubierta de
nieve, pero yendo despacio pudimos pasar Piedrasluengas, abriéndose ante
nosotros un incomparable espectáculo de la estampa nevada de Picos y
poco a poco se aclaraba el día con un sol que no nos abandonaría en toda
la jornada. A las 10:30 llegamos ya con el cielo despejado a Potes.
Como íbamos con retraso, en vez de subir por Argüébanes
decidimos hacerlo por Rases, el barrio norte de Potes. Pasando el Deva a
la altura del aparcamiento principal del pueblo, cogimos una estrecha
carretera que nos sube muy pindio a Rases, y después continuamos por
pista hasta el Collado de Miña donde pudimos dejar el coche (98 km.
desde Guardo) a las 11:05 h., es decir casi tres horas de viaje. La
subida por la carretera era impresionante, pero aún más por la
vertiginosa pista y si no que se lo digan a Pedro, que se quedó atascado
a media cuesta... Luis y José Antonio, entusiastas ciclistas donde los
haya, se quedaron con la copla de la subida para hacerla con sus
amigotes bicicleteros en verano cuando su mamá les traiga de campamento.
Por fin llegamos a la Collada de Miña, donde aparcamos. Al
bajar del coche nuestros rostros tenían la onomatopéyica expresión de “¡Uf!”
y nuestros burdos comentarios eran más o menos parecidos: “Se me han
puesto los cataplines...”, “los llevo colgando”..., “la
madre que lo...”.
Carmelo Pistolas nada más bajar del coche, ya quería
salir... pero los demás nos lo tomábamos con más tranquilidad, con
nuestro particular ritual antes de comenzar cada marcha.
Desde aquí se veía bien remarcada en la nieve la pista que
seguiríamos por la ladera y que nos acercaba a la Canal de San Carlos.
Comenzamos a andar a las 11:20. Como nunca se sabe cómo se va a
progresar por la nieve y ya era casi media mañana, veíamos difícil
llegar a la cumbre, así es que la idea era por lo menos poder embocar la
canal y hacer lo que pudiéramos. No nos importaba tampoco demasiado,
porque el éxito de la invernal estaba asegurado por la cantidad de nieve
a y el paisaje que nos acompañaba en este despejado día.
No tardaríamos en ponernos las raquetas y Santi, que era la
primera vez que las ponía, decía: “No me he visto en otra como ésta”.
Subíamos y subíamos sin remisión, pero sin demasiado
esfuerzo. A la altura de la cascada nos encontramos con un tractor
encallado una vez pasado el río Cocildún. Poco más arriba encaramos la
canal en el circo donde algunos ya nos quedamos: puertos de Trulledes.
La verdad es que ya que se había embocado la canal, tenía
una pinta fabulosa para subirla así es que la mayoría continuaron a
probar suerte, pero al final sólo subieron al collado de San Carlos
ocho: José Antonio, Luis Ángel, Mario, Mariena, Álvaro, Cucha, Tuquines
y David.
Tuquines decía: “Allá arriba estaba la nieve muy en polvo y no había
manera: según dabas un paso para adelante te ibas para atrás... Un
desastre: Ibas para adelante y zas-resbalabas, zas-resbalabas... En el
collado todo muy guapo, la verdad un paisaje.... aunque ‘un viento del
copón’. Pocas fotos tenemos ya que como van éstos es imposible sacar una
foto... Van a toda pastilla y si paras te pierden... Íbamos relevándonos
para conseguir subir. ¡Cómo se notaba cuando tiraban Mario o Luis! Y
luego para abajo en busca de los guías, que no quisieron subir y que ¡se
están tumbando a la Bartola de una manera...!”
Algunos se quedaron a 50 metros del collado.
Y es que no daba tiempo a coronar
Sagrado Corazón ya que Javi y Paste les habían dado las instrucciones
precisas para ajustar el tiempo a emplear para que no se hiciera de
noche. Fueron obedientes: no querían andar por ahí con el “sentimiento
de la hora”, ése que se tiene cuando a los quince años llegas justito a
casa.
Comieron en la bajada, a media canal, en una roca donde
dieron buena cuenta de las botas de vino que echamos de menos los demás
y que nos dimos a eso del yantar en un roquedo después los hierros que
cierran la pista. Más tarde nos juntamos casi todos en el refugio en
los puertos de Ullances, antes de la collada donde habíamos dejado
los coches.
Por su parte, María, portuguesa ella, es la primera vez que
viene con nosotros. Auque se quedó un poco más rezagada con Pedro, tiene
buenas maneras y seguro que pronto nos va a dejar atrás a todos. Decía
con ese acento tan elegante y musical: “Un día fantástico... un grupo
bastante colaborador... un día diferente realmente... Vale la pena estar
todos juntos... Gracias por la bienvenida”
El burgalés Álvaro, que parece ya un experto, también es
la primera vez con nosotros. Traído por Mariena, dice intentar repetir
todas las veces que pueda ya que “ha sido un día fabuloso del que no
se pensaba que iba a salir tan bueno” Los dos manifestaron que
“Soplaba de cojones, costaba un cojón y medio subir y había unas vistas
cojonudas arriba”. Ya dice José Antonio eso de “Yendo Mariena
tiene que haber tacos por cojones...”
Llegamos a
Potes a las 17:40 y sin parar, nos pusimos en la carretera de regreso,
encontrándonos en Cabezón de Liébana un gran argayo en la carretera que
pudimos salvar... Luis inmediatamente llamó al 112 para informar, ya que
estaba anocheciendo y había bastante tráfico.
Llegamos a Guardo sin parar, a las 20:00 h. donde, como si
nos estuviera esperando, siempre nos pregunta el personal por el
día.... Y como es habitual en él, Raúl se las ‘clava’: “en mangas de
camisa”... una nevada de tres metros...” Y es que viendo las fotos,
uno se lo podría hasta creer, y si no preguntad a Cachavillas
Villadangos, que en escribió su ‘post’ en nuestro muro Facebook: “Hala...
Ya me habéis puesto los dientes largos... ¡No te jode con esos del
tiempo que daban malísimo para el fin de semana...!”
Rafa esta vez si llevó los esquís y disfrutó muchísimo
en la canal, tanto que escribía este otro ‘post’“DESESPERADO:
Mi problema es el siguiente: Desde que el pasado domingo fui con el Club
de Montaña
Peña Torquilla
a la Canal de San Carlos, se me ha quedado una cara de alegría que no se
me quita con nada y ya han pasado dos días. Por favor: Ayuda, consejos o
si alguien está en mi misma situación me lo comunique para unirnos y
exigir responsabilidades a la Peña por cambiarnos el estado de ánimo.
De todas formas.....MUCHAS GRACIAS!!!”
Y le contestamos:
"No es el Club quien consigue estos
estados de ánimo... Sois vosotros: los rafas, los cucharetos, los
aberronchos, los peinas, etc. que siempre lleváis a las rutas una
alegría contagiosa.
¡Gracias montañeros!"
|
Pozo
Butrero (Llánaves de la Reina) (10.03.2013)
.-
☞
Participaron 18 personas (16 socios). Guías: José María Monge, Javier
Rodríguez y José Antonio Bardasco.
A pesar del mal tiempo se apuntaron 18 entusiastas. La ruta prevista era
San Glorio-Coriscao-Pandetrave. En
el puerto de San Glorio
pero había mucha niebla y viento, así que decidimos bajar a Llánaves a
emprender la alternativa de “El pozo Butrero” (ruta del pato, por la
forma que coge el trazado en el mapa). Alguno se quedó con las ganas
de Coriscao, pero no merece la pena jugarse el tipo y además no ver
nada.
Preparados para la marcha unos se calzaron los esquís de
travesía y otros nos pusimos las raquetas, menos el de Gozón que no
llevó (Nos acordamos de la invernal al Curavacas que hizo con nosotros
en abril del 2009 cuando, sin crampones, consiguió llegar al Cdo.
Hospital). Hoy como entonces, sufrió mucho y por allá arriba, de
rodillas, decía: “Aquí las espicho, como me ves”
Comenzamos a andar el Valle Culebrejas a las 9:35. No se
veía más allá de 100 m. La niebla, la lluvia, la nieve y el frío nos
acompañarían toda la jornada.
Rafa, Eva y el Peina fueron disfrutando con sus tablas como
en ellos es habitual, reuniéndose de vez en cuando con nosotros para
coordinarnos y también para darnos un poco de envidia. A Maite que ha
sido profe de Mariena y de Eva, le resultaba irreconocible de cómo Eva
se relacionaba con la gente y se desenvolvía por la montaña, con lo
tímida que había sido de pequeña.
Tuvimos dificultades para progresar por la ladera del Alto
de la Cardosa, ya que teníamos que
pisar con
las raquetas inclinadas y se
hacía difícil. Llegamos al Pozo Butrero a las 12:20. Mariena (la
inagotable como le llama Álvaro) decía que “No se veía nada, pero
hemos llegado donde creíamos que teníamos que llegar.” La verdad es
que no se lo creían y tuvimos que desengañarlos mostrando la ubicación
en el GPS. Estábamos encima de él, helado y cubierto de nieve....
parecía tan pequeño que era difícil creer que bajo nosotros estuviera el
pozo.
La bajada resultó en principio un poco más complicada.
Álvaro y Bardas bajaron por la vaguada contigua al emisario del lago.
Los demás fueron con Javi hacia un descenso más seguro. Pero a Raúl, a
la poca visibilidad se le añadió el ingrediente de empañársele las
gafas, por lo que ‘catapún’: a un parvero, quedándose clavado de cabeza
en la nieve
“pataleando con las piernas como un ‘cabrón’, nadie le
ayudaba, todos se quedaban partiéndose de risa.”
-Decía Tuquines-
Tendría que ser el Pastelero el que fuera a su ayuda, aunque también se
cayó.
Y todavía con el paso del tiempo, a casi todos, como son tan
majos ellos, lo que más les ha gustado y recuerdan fue esta incidencia. Mariena envió un post: "La de Raúl es brutal!! jajaj". Hasta el
Pastelero se recreó en la galería de fotos
de la web añadiéndole una secuencia de
salto mortal...
Javi también tuvo su experiencia y se cayó en esa zona.
Decía Nacho: “Yo creí que Javi había saltado, porque desapareció de
repente, y era que se había caído por el barranco.”
(¡Bueno, tanto
como barranco!)
Llegamos a los coches a las 14:20, es decir una ruta de 4 h,
frente al chozo de horma, refugio tradicional de pastores. Como hacía
mucho frío y estábamos empapados quisimos comer en el bar de Portilla y
preguntamos al regente del mismo si nos lo permitía, diciéndole que
éramos dieciocho y que le cogíamos
bebida si nos dejaba comer el bocata dentro.
No entramos, fuimos a comer a la plaza del templete del pueblo porque no
nos puso buena cara... Sería porque parecemos cualquier cosa menos
montañeros.... ¡Claro, si hubiéramos vestido del Corte Inglés o
hubiéramos sido de Valladolid......!
Por fin pudimos compartir alegría y ‘mesa’ con Cuchareto
y degustar de su buena bota, ya que otras veces se va con los de ‘primera
división’ (Como dice Carmelo, el de la Rotonda*1 )
y no lo catamos... A la vuelta Eva tuvo que llevar el coche de los
Cucharetos, por los orujazos que se habían metido. Paramos a tomar un
café en Boca de Huérgano y después en el Montañés a las 16:30, para eso
del intercambio de fotos. Tuquines se empeñaba en recrearse
jocosamente de que se habían caído Paste, Javi y Raúl...
*1
Dicho de Carmelo cuando ‘la parienta’ te lía en una conversación o
discusión y al final acaba en el lugar de la misma que ella quiere. |
Ruta de las Minas y Castillo de Aguilar
(Sabero-Cistierna)
24.03.2013.-
☞
Participaron 32
personas (21 socios). Guías: Javier Rodríguez y José Antonio Bardasco.
Aunque la predicción era de chaparrones y tormentas se apuntó
mucha gente. Será por lo que dice Carmelo Hompa en su Facebook: “Bonita
ruta
pero
con mal tiempo. Es lo que toca. En casa no se puede estar,
acaba uno tonto.”
Además de los 17 km. de marcha pretendíamos hacer hoy una
ruta cultural, tratando de comprender mejor la vida de las zonas
mineras, su historia y su cultura, para lo que subvencionó el club las
visitas de los dos museos (1 € por persona en cada uno de ellos).
A las 9:00 h. empezamos a andar en Aleje
tras
ir a dar la vuelta con el autobús hasta Valdoré. Así aprendimos que este
pueblo es muy conocido por sus cerezas, según nos dijo Roberto, el
conductor, que es de Riaño. Mero decía:
“Nos hemos pasado dos pueblos”, por eso de haber
atravesado también Verdiago, donde tampoco había forma de cambiar de
sentido.
Nada más comenzar vino la sorpresa: cruzar el Puente
Colgante, que nadie conocía, única unión de Aleje con Alejico,
experimentando la sensación de balanceo sobre él y donde Fidel le
mecía aún más, metiendo el miedo en el cuerpo a la gente.
Empezaban
malos
augurios porque el abanderado Raúl y compañía se marchaban en dirección contraria, como en ellos es
usual,
sin saber a dónde iban. Pusimos un poco de orden y después ya no habría
en todo el día más problemas: Estuvieron pendientes de los guías, como
debe ser.
Llegamos al primer panel informativo, la Mina Imponderable,
que María, la niña de Ángel Ángel y Mamen nos leyó. Comenzó la lluvia y
decidimos que cada uno fuera a su ritmo, para no quedarse fríos.
Habíamos quedado con el Museo de Sabero a las 12:00. Como
íbamos bien de tiempo y el personal no se iba a detener demasiado viendo
las mesas interpretativas, subimos a ver el Roblón de la Plata, unos por
la ruta señalizada y otros, campo a través en la curva de la Mina de la
Plata, lo que nos dio oportunidad de ver otros mustios y ancianos
roblones.
Después de las oportunas fotos con el catalogado árbol bajamos otra vez
a Valle (valle Sabero), a la caza de la familia
peñiega, que se había adelantado al pueblo en busca de pan.
Pasamos por el pintoresco paraje de la Fuente de la Muela
para reunirnos en la ermita de San Blas, donde continuamos hacia las
instalaciones de la Mina Sucesiva y de ahí, un poco destemplados, al
Museo de la Siderurgia y Minería de Sabero, para comenzar la visita
guiada a las 11:45.
Nos pusieron unos auriculares que la azafata llamaba
“audioguías” (Creíamos que las
audioguías
eran otra cosa)
y nos comenzaron a hablar
de usos y costumbres de la zona, con breves retazos de la historia
vadiniense. Después seguimos la estructura del museo, que se divide en
dos partes: La SIDERURGIA por un lado y la MINERÍA, por otro. La guía
estuvo muy amable y se explicó bien. El relator de esta experiencia
no las tenía todas consigo, dudando de si los contertulios se iban a
saber comportar, ya que alguno de estos montañeros son un poco brutotes,
como Agonías Morti, que siempre está protestando por todo. Sin embargo
se portaron fenomenal y la guía pudo
hablar sin problema alguno.
Algunos, después de haber asistido varias
veces al museo, nos enteramos hoy que la maquinaria allí existente no es
original, sino de cartón piedra. La verdad es que está muy logrado.
Acabamos viendo la botica.
Lo que más gustó fue la
maqueta y audiovisual de la “Realidad histórico-social”.
Para
el Pastor de Ucieza, entre otros,
se quedó un poco corta la visita, pues la
verdad es que hay mucho que ver y entender.... Era la una del mediodía y
seguía lloviendo fuera, pero no quedaba más remedio que seguir la
marcha.
Pasamos por el mirador de la Mina Juanita y comenzamos la
otra ruta, la del Castillo de Aguilar.
Este tramo fue cuando más llovió, agua-nieve, fuerte y sin
parar. Algunos no se quisieron perder el interesante paraje de las RUEDONAS. Como hacía tan malo, decidimos no subir al Mirador del Castro,
porque no íbamos a ver nada, pero les animamos a volver otro día porque
merece la pena ya que las vistas son espectaculares, con su
correspondiente mesa interpretativa
de panorámicas.
Comenzamos la subida al castillo roquero. La pendiente era
grande, así que algunos no aguantaron el ascenso y se quedaron esperando
en la collada. Llegamos a las dos de la tarde arriba y los que lograron
subir se quedaron impresionados de las ruinas que allí habían
(Parece
increíble encontrarnos de repente ahí los restos de esta fortaleza
medieval.).
Bajamos por el arroyo Valtorno y sus escombreras a las
ruinas de la factoría minera de Vegamediana para comer a cubierto, pero
entonces dejó de llover. No era de los sitios más idílicos donde hemos
comido, pero daban ya las tres de la tarde y a alguno le ‘cantaba el
canario’..., había buen apetito y buena compañía.
Media hora después comenzamos a andar de nuevo hacia Cistierna por la “vía verde”, ‘marrón’ como diría Javi. Nos detuvimos un
buen rato frente a la Cueva del Elefante, donde buscamos la mejor foto
para distinguir sus ojos y su trompa. Algunos se lo perdieron ya que no
conocían el paraje y no se percataron de esta peculiar efigie,
pues
les habíamos dicho que si querían, tirasen más rápido hasta Cistierna con la vista puesta en la antigua chimenea, símbolo de una
fábrica de ovoides (combustibles) que allí existió y que nos
servía de referencia para llegar al lado del próximo museo a visitar.
Eran las 16:15 cuando llegamos a Cistierna y como habíamos
quedado para la visita a las 17:00 h. fuimos a tomar un apetitoso café.
Ya en el Museo FEVE, edificio ubicado en el antiguo
Economato de los Ferroviarios, nos atendió Manolo, concejal del Ayto y
promotor-fundador del museo y de La Asociación de Amigos del Ferrocarril
de Cistierna. La explicación guiada corrió a cargo de Ana, voluntaria de
esta asociación.
Ahora el sol empezaba a entrar por la ventana. Había quedado
una tarde magnífica.
Empezamos con el audiovisual del hullero “Un
tren, muchas vidas”. Salían protagonistas de Guardo y algunos,
con la lágrima en los ojos, nos emocionamos, recordando aquellos
nostálgicos años cuando íbamos a Bilbao en un viaje de 8 horas con
asientos tablas de madera, que hacían que terminara nuestro trasero a
rayas,
y
cuando en Mataporquera las máquinas paraban a repostar o a
cambiarse la de ida con la de vuelta y nos venían a vender las riquísmas
pantortillas de Reinosa.
Este corto nos hablaba también
de
que el Hullero ha sido un
reclamo cultural. Está presente en la literatura y en el cine, como en
Sor Citroën (1967), donde el padre de la protagonista es Jefe de
Estación en La robla y en una de sus escenas da la salida del tren.
Después pasamos a la otra sala, donde Ana nos iba explicando
detalladamente la utilidad de los aparatos expuestos, como las OLLAS
FERROVIARIAS, plato creado por los empleados en de este ferrocarril
cuando paraban en Mataporquera, momento
de
comer.
Después, los maquinistas, fogoneros y guardafrenos idearon sistemas
para cocinar sobre la marcha, naciendo así la olla ferroviaria,
recipiente para la preparación de la suculenta receta de carne con
patatas.
A veces surgía alguna pregunta, como cuando preguntó Fidelín
y la guía dijo: “a ese señor no le veo”... Algo le quiso llamar.
Todo iba bien... Sin embargo, la visita, que estaba prevista de una hora,
duró hora y media, haciéndose
pesada y larga,
porque “El Cuñao” (“El señor”, como
decía la guía Ana) no hacía más que cortarle la exposición y
explicaciones, contando una y otra vez sus propias “batallitas”, rayando
en lo esperpéntico y haciéndonos sentir a los demás violentos
con esta
ridícula situación... ¿Qué hubiera sido si los mineros que nos
acompañaban hoy en la ruta hubieran chafado las explicaciones de la guía
del Museo de Sabero? Conocimientos para dar sus propios puntos de vista
tenían, desde luego, pero no quisieron ser unos “enterados” e
irrespetuosos. Esperemos que a esta chica le haya servido de algo más que
pensar que los de Guardo somos unos maleducados.
En fin, que el día por lo general resultó provechoso a pesar
de que el Cuñao se “pasó
tres pueblos” y a pesar de la lluvia. [ Se dice que
este mes es de los tres marzos más lluviosos desde 1958,
llevando camino de batir todos los records. Y como dice el refrán:
“Marzo marceador, un día malo, otro peor”].
He aquí algún comentario de los
protagonistas de esta hazaña:
- Para Carmelo H: “Una
ruta muy amena, mucho agua. Lo más duro, la subida al castillo, que no
nos esperábamos ese repecho.”
- Para María: “Muy bonita la ruta.... me he mojado mucho.... Para
la próxima, que no llueva.”
- Par Ángel Sancha Jr: “Me ha gustado el diseño y la coordinación
de la ruta: andar, los dos museos, etc.”. Gracias, Ángel, la verdad
es que coordinar el timing (ritmo - pausas -
movimiento) es lo que más nos preocupó a la hora de diseñar la
actividad.
- Cuchareto se trajo hoy a su hermana y a una amiga, que decían “Nos
estamos pensando eso de volver a venir otra vez.... ha sido durísimo...
sobre todo la primera subida... si hubiese sido la primera cuesta más...
es que empezar subiendo...”
-Alguna otra observación es que “La próxima que sea todo para
abajo” (decían Maite y Ana).
A poco más de
las 19:00 h ya estábamos en Guardo, esperando que llegue otro domingo
para volver a convertirnos en actores de otra jornada montañera. |
Curavacas y Corcal-Alto Prieto-Valdenievas
07.04.2013.-
☞
Participaron
15
personas (11 socios). Guías: Javier Rodríguez,
José María Monge y José Antonio Bardasco.
El
tiempo era tan malo que aunque el personal tenía ganas de salir se
desanimó, como Mario, que días después nos decía qué él hubiera ido
también pero que “Ya estoy harto de sufrir” porque llevamos fin
de semana tras otro que no nos libramos del desapacible clima. Al final
éramos 15 e hicimos dos rutas:
A) - Ruta del Corcal-Alto
Prieto-Valdenievas.
Comenzamos a andar seis domingueros a las 9:10. El
desnivel era grande pero llevábamos un ritmo muy tranquilo, por lo que
se hizo muy llevadero. Además íbamos practicando la interpretación de
mapa y brújula, con lo que se hacía más ameno. La temperatura era
perfecta para la práctica deportiva, espectacular como decía
Cachavillas y con unas vistas extraordinarias, “una pasada”
de Curavacas, del Valle Pineda, Espigüete y cordal del Murcia... Un
privilegio en este mirador natural de Fuentes Carrionas desde este
enclave.
No ‘bajamos’ al Alto los Calvillos porque Mari decía que
para calvillo ya era bastante él.
Teníamos raquetas pero no las utilizamos, salvo Mero, que se
empeñó en llevarlas de la mano (Parecía Fernandito el Librero) y al
final optó por calzárselas un rato y otro por tirarlas cuesta para
abajo.
Del que aquí escribe decían “Mira el funcionario, todo el
tiempo con las manos en el bolso”. Es que andábamos con tanta calma que
era como ir a dar una vuelta por el mercado de los viernes guardenses.
En cuanto a lo de “funcionario”, sí señor, se admite el puteo con
sentido del humor... Total, ya estamos acostumbrados a que nos den por
todos los lados... y no es cuestión de manifestar nuestro malestar aquí.
Al llegar al collado Ramacedo se metió la niebla, así que
decidimos no seguir a Canchas de Ojeda. Lo dejaremos para el año que
viene, cuando nuestros compañeros de primera división vuelvan a intentar
hacer la invernal del Curavacas. Habíamos perdido la comunicación con
ellos así es que esperábamos que les fuera bien, aunque suponíamos que
abandonarían pues estábamos viendo cubrirse totalmente el pico por la
nube.
La bajada fue casi lo mejor. Comenzó a nevar, pero de esa
nieve que no molesta.
Comimos en el refugio de Postil de Soña a las 14:30 y
continuamos pista por Camino de Valdenievas para encontrarnos con el
guarda que dijo que nos llevaba controlando toda la mañana por el
cordal. Como se había abierto hoy la veda de pesca, nos estaría
vigilando a ver si trapiñábamos algo por allá arriba. ‘Pa’ mí, que
andaba un tanto despistado.
Llegamos a las 15:55 a Vidrieros donde ya estaban los otros
jalando su bocata en el bar. Al final todos daban por bien empleado el
día y contentos con lo que habían disfrutado.
Maite decía: “Siempre que he salido con vosotros/as ha
sido fantástico. Me da lo mismo si sois guías benévolos,
profesionales......... GRACIAS”
Villadangos: “No la falta razón...”
Gracias Maricuetín, gracias Maite. Tus cálidas palabras son
exactamente la medicina que nos anima a seguir haciendo rutas para
vosotros.
B) Ruta del Curavacas.
Se preveía que la nieve no iba a estar en buenas condiciones para
ascender (“El hielo no es problema, pero si es hielo malo va a ser
imposible” -sabía de sobra Mariena-). El tiempo tampoco parecía iba
a acompañar mucho, pero así y todo se atrevieron a intentarlo nueve
aventureros, los de primera división como les llama Carmelo N. Partieron
por el arroyo Cabriles e intentaron subir por la Sur, con una mascota
que se les acopló, un pequeño chucho que se enredaba entre las piernas
según subían y que al parecer era la primera vez que se escapaba. Era un
frío y bonito domingo pero como dirían después “No llegamos a hollar
la cumbre con un clima tan estupendo…” “Es que ha sido una lástima de
cima... se está resistiendo, otro año que no consiguieron cumbrear.”
Los últimos quince metros eran de mucha dificultad, hozando
como los jabalíes, a cuatro patas. Se metían hasta la rodilla y no
podían avanzar, con un hielo en el que no agarraban los crampones y los
que iban más arriba provocaban pequeños aludes en forma de pequeñas
bolas.
Por si fuera poco Tuquines se puso malo, “Se le salieron
las vielas” -decía Javi-. Se quedó frío y le tuvieron que socorrer.
No pudieron pasar del collado de la subida a la
Meseta Inclinada
porque a
parte del hielo, las peligrosas viseras impedían progresar.
Pica, que se estrenó con sus crampones y piolets para
alpinismo técnico y escalada en hielo, disfrutó mucho. Seguro que va a
sacarle buen partido a su nuevo material.
Mariena esta vez vino con dos amigos de Zamora, Alberto y
Pablo, y tampoco les pudo obsequiar con los 2534 m. del techo. De todos
modos las fotos publicadas han causado sensación, y de una de ellas ‘posteó’:
“Esta foto para el calendario del 2014, seguro que duplicamos el
número de socios, menudo reclamo! jaj!”
Al final lo resumió el bloguero de Rafa con su habitual buen
rollo: "Este año se están resistiendo todos: Toneo, Tesorero,
Coriscao y Curavacas. Vaya cachondeo. Encima, la única cima conseguida
ha sido el Pico Jeje (-Allá por
la Sierra del Ajo-).
Lo que decía antes: un cachondeo." |
Guardo - Saldaña - la Vega Ruta
de bicicleta de montaña
/ nuestro VERANO AZUL
21.04.2013.-
☞
Participaron 22 personas (12 socios).
Guías: Fidel y Vega
Salimos a las
9:14 h, con un tiempo de un grado bajo cero. Éramos 18 ciclistas más Javi y Juli que fueron con el vehículo de apoyo. Después se juntaron
Luis y Antonio en el cruce de Villosilla.
En esta ocasión teníamos guías nuevos, de los que esperamos
se animen para próximas ocasiones. Al principio querían que fueran todos
juntos como si de una excursión escolar se tratara, por lo que sufrieron
un montón hasta que se dieron cuenta que había que tener mano
izquierda... Vega no quiso el walkie y a veces no tenía buena
comunicación con el grupo, pero salió airoso. Y Fidel, que siempre que
ha venido con nosotros ha hecho malísimo, hoy demostró que no es gafe
como dijo Villadangos en su Facebook: "Buen día pillasteis... mira
que fue Fidel y no ‘lluvió’ vaya suerte que tuvisteis...".
La subida por Mantinos al viaducto se hizo dura y alguno
tuvo que echar pie al suelo. A las 10:00 de la mañana ya nos juntamos
todos en el puente sobre el canal en el cruce del Camino cimero de
Calaveras (que viene de Villalba).
A las 10:50 h nos volvimos a reunir en la laguna y ermita
de San Roque. El paseo ahora había sido muy agradable, aunque todavía
con frío (El personal iba bien abrigado, con guantes y todo, como Pedro
que iba de ‘ganso’, con su chubasquero rosa, en plan friki tipo Corte
Inglés).
Alguno se sorprendió que en este lugar, además de la laguna
había merendero y la ermita de San Roque. Aquí ya nos esperaba por
primera vez el “coche escoba” que no nos dejaría en toda la jornada,
aguantando a los que llegábamos siempre “fuera de control” por la
tranquilidad que llevábamos.
En este paraje las panorámicas de los cordales de Fuentes Carrionas y de las sierras de La Peña-Brezo-Peña Redonda eran fabulosos.
Las vistas a nuestra derecha de
Peña Corada
nos
acompañaban también y planificamos su ascensión para el domingo
venidero.
A las 11:25 cogimos en el cruce a Villosilla a Antonio Gozón
y a Luis Butragueño. Diez minutos después vendrían los únicos accidentes
del día: Pastelero, al ir a utilizar el walkie, ¡Zas, al suelo! Y
María, al parar a ver qué le había pasado, por eso de la solidaridad,
también se cayó. Menos mal que al final sólo fue eso: una salida de
cadena y un poco más sucia la ropa.
En seguida llegamos a Villota del Páramo donde hicimos una
nueva ‘reunión’. Seguimos la pista hasta la torre vigía y Base de
aviones La Cerra para desviarnos a Villapún. Se nos unió hasta Saldaña
Luis Pablo, amigo de Carmelo Negro. Continuamos por carretera a
Santervás de la Vega y de ahí a Saldaña donde llegamos a la una del
mediodía. Con buen tiempo ya, paramos en la plaza y nos sorprendió ver
al popular guardense Taquio. Una visita a la Plaza Vieja con foto de
familia incluida, testigos de las construcciones de los linajes más
ilustres de la villa. Atravesamos este enclave de mercado de los martes
saliendo por su parte septentrional para ver una zarpa de oso clavada en
el alero de la fachada principal de otra casa blasonada, que pasa casi
inadvertida a los ojos de los paseantes.
Una vez vista la señal del plantígrado nos dirigimos por la
Casa Torcida otra vez a la Plaza del Ayuntamiento para continuar
nuestra marcha. Desperdigados, cada uno por un sitio, conseguimos
llegar a tiempo a Villaluenga de la Vega, a las 13:30 h., lugar y
hora en que habíamos quedado para ver el
Museo de la Historia de la Radio y
las Telecomunicaciones.
Es
uno de los tres museos de estas características que hay en España además
del de Murcia y el de Ponferrada. Está regentado por Jesús González, su
fundador, quien nos lo enseñó y explicó. Alguien dijo hoy que La Radio
era el precursor del Facebook, lo que dio lugar a diversas reflexiones
ya que el medio de comunicación que visitábamos nunca compartió ni
conocimientos ni sentimientos ni ideas como sucede en el mundo actual de
las tecnologías de la Información y La Comunicación... Sirvió y así
sucede todavía hoy en día, como medio de desinformación, ya que como
decía Jesús “Para eso se inventó, para desinformar... Tuvo su éxito
por el hecho de poder estar haciendo algo a la vez que oías algo que te
podía entretener”, o sea: distraer. Siempre ha sido un instrumento
del poder establecido y por lo tanto, medio de represión y de
comunicación dudosa. Según se nos dijo también, “España es el país
donde más se ha escuchado la radio”, más sospechoso todavía. Y así,
haciendo un recorrido y concurso auditivo por los tiempos de la Elena
Francis, pasando por legendarios locutores de fútbol y de toros, con
alguna cuña de La Pasionaria, Carrillo o del mismo Franco, pudimos
evocar y vivenciar tiempos atrás, no tan lejanos para algunos de
nosotros, testigos del daño que la radio ha hecho a la libertad y a
cultura en nuestro país como instrumento de manipulación moral e
ideológica.
Podían entonces
surgir debates históricos cuya inoportuna seriedad empezaba a molestar e
inquietar a más de uno. Por lo tanto y porque además otros se acordaban
del hambre que tenían, hubo que acortar la sesión, que duró casi una
hora. Una vez pagados los 33 € de la visita, continuamos por la
carretera pasando por Santa Olaja hasta Barrios de la Vega, donde
llegamos a las 2:50 h. Paramos a comer en la terraza de verano de La
Cantina de Sofía, a pie de la carretera, buen sitio por su jardín,
el vermouth y el café final.
En principio la idea de los guías era haber ido a Celadilla,
pero como ya era un poco tarde, decidieron que nos quedáramos, lo que
nos pareció bien ya que los dueños del bar nos dejaron comer en las
mesas de fuera. Disfrutamos del buen momento del día: el bocata y la
buena compañía, a lo que dedicamos algo más de una hora.
Seguimos a Poza de la Vega, donde nada más pasar el pueblo
cogimos un desvío a la derecha por pista, aunque algunos continuaron por
carretera, un poco despistados, pero sin riesgo de perderse. Julián el Butanero, que acabó hecho polvo, seguía al Pastelero, como fiel
escudero, creyendo que era el guía porque iba hablando con un
radioteléfono... Pero Paste, como en el monte, conocía bien la zona y en
algún sitio iba a su bola, por lo que quien le seguía se sentía
algo perdido.
El admirable Sixto, con sus 78-79 años, que vino con
nosotros a la ruta del año pasado,
Castrojeriz-Carrión,
no quería arriesgarse más por caminos porque sufrían sus muñecas al no
tener su bici suspensión delantera y siguió por carretera a Guardo.
Pedro y María también se fueron poco a poco hasta Villalba, donde
volvimos a comunicar con ellos y ya se despidieron para regresar a casa.
A la altura de Villosilla giramos a Celadilla, pasando por
el nuevo merendero antes del puente y con una fuerte subida para
atravesar el pueblo y coger una pista asfaltada a la izquierda que nos
llevó cómodamente hasta Pino del Río, donde, esperando 15 minutos,
paramos y posamos en la plaza del Teleclub con los niños de Luis y de
Antonio, que nos acompañaron hasta Fresno. Ahora sí que parecía la serie
de Verano Azul, con un tiempo agradable, buen humor y toda la
chavalería...
Ya había gente con prisa así es que no era plan de ‘marear
la perdiz’ más y continuamos a Villalba por el camino al lado del
Carrión y de ahí por el Campamento de Mantinos.
Llegamos a Guardo a las 18:55 h y después de llevar a Michel
a la Térmica, que había pinchado a la altura de Mantinos, nos dimos a
eso de la sesión de recopilaciones fotográfica y anecdotario de este día
de “Ruta de las Barrigas”, como se le ocurrió al simpático de
turno... ¡Es que teníamos unas pintas algunos...! En fin, un día
fabuloso con gente fabulosa en que estuvimos 7 h 50' montados en la
bici, dando pedales, algunos con más ritmo y otros con menos. ¡Cómo
sería que a alguno le salieron 93 km. y en el GPS oficial de la ruta
salieron 82,785 Km., que ya son bastantes, digo yo!
Por lo demás, no estamos acostumbrados a andar en bicicleta
ya que lo nuestro es la montaña... pero ha quedado demostrado que este
trazado lo puede hacer cualquiera. Es más.... lo recomendamos a todo el
mundo y quisiéramos convertirla en una ruta tradicional, con sus
múltiples variantes. |
Acebal
de Valverde - La Rasa y Espigüete por
Valverde de la Sierra 12.05.2013.-
☞
Participaron
31 personas (21 socios)
Guías: Javier
Rodríguez, José María Monge y José Antonio Bardasco
Éramos 31
personas, otro éxito de participación en lo que va de año, bien por la
climatología (“Por fin ha hecho bueno” -decía Pica-) o porque el
Espigüete es un reclamo montañero. Como dice Tomás Soto: “Espigüete
es siempre un icono”.
Comenzamos a andar en Valverde de la Sierra a las 9:40 h.,
con dos posibilidades, la del mencionado coloso blanco o la da de la
Rasa.
Los dieciocho senderistas de la Rasa empezamos con ritmo
tranquilo para llegar al acebal y hacernos fotos por su extraordinario
laberinto. Después emprendimos hacia el cordal de Aguasalio y Martín
Vaquero (Altos de Valverde) la fuerte y larga subida por un
reguero entre un aguado escobal, que hizo que tuviéramos más de un
resbalón.
Ana se iba quejando de lo duro que le resultaba, y que venía
engañada por Angelines que le había dicho que era una actividad ‘fácil’.
Pero nunca perdió su buen humor y además no paraba de hablar y de
hablar... Para colmo, hacía competición de palique con Angelines que iba
con el grupo Espigüete y se había apoderado de un walkie de los guías.
Por fin llegamos a lo que llamamos collado de la Rasa,
encontrándonos de repente con unas vistas espectaculares de Picos de
Europa. Debajo de nosotros teníamos la majada del arroyo y valle
Maganaves, reclamo de los historiadores. Desde aquí, con nivosos
tramos, comenzamos a atacar el pico mientras Maika y Ana se quedaron
esperando.
Hicimos cima a las 12:45 y casi todos continuaron a la precumbre que hay más al oeste para
tener todavía mejores y más
claras vistas del pantano de Riaño... Nos encontramos a la panadera de
Boca y una amiga de Barniedo que habían subido desde este pueblo y se
habían complicado con las escobas.
Conseguimos comunicar con Javi, que estaban ya en el Collado
Espigüete a cuya cúspide llegarían a las 13:00 horas, momento en que
volvimos a contactar y donde todos estaban tan contentos que querían
compartir con nosotros su aventura a través de los radioteléfonos, con
un poco de envidia del Pastor de Ucieza que se vino con nosotros porque
el día anterior había estado plantando alubias.
A las 13:10 comenzamos la bajada de la Rasa, algo técnica
por la nieve y la roca. Recogimos a las hermanas
e iniciamos
una
pesada bajada sorteando el bajo escobal, mientras Salva, muy en forma
él, continuó otro rato por la cuerda, reuniéndose con nosotros después,
poco antes del refugio del Puerto Venero, que como estaba hecho una
auténtica guarrería, nos hizo retornar a la zona del pilón, donde
comimos a las 14:25 h. Como el día era fabuloso y no había prisa,
llamamos al autobús para que viniera a buscarnos una hora más tarde.
A las 15:09 comenzamos la subida a la Peña del Anís,
quedándose Diego y Ana esperándonos en los alrededores del refugio.
(Diego, de diez años, y a buen seguro futuro montañero, que además le
gusta mucho el deporte de la Orientación, vino con su padre Nacho y
disfrutó aunque andaba algo pachuchín.). Con marcha a todo
gas, hicimos esta cota a las 15:40. Nos pusimos
en contacto otra vez con los del Espigüete que ya estaban en el Collado
de Arra.
Bajamos de nuevo al refugio y ahí por la pista a las cuevas
de Entrecalares para llegar a lo que siempre creímos que era una torreta
de vigilancia de incendios. Sin embargo César nos explicó que era una
torreta de vigilancia de caza. (¡Lo que aprende uno!)
Llegamos a las cinco de la tarde a Valverde, justo a la
hora que habíamos quedado con el conductor y ya nos estaba esperando la
expedición del Espigüete, que reposaba placenteramente. No era para
menos su merecido descanso, ya que estos trece
aventureros
habían comenzado con fuerte ritmo para alcanzar el Collado de la Cruz
Armada. Subieron por la suroeste encontrándose nieve blanda-primavera y
bajaron por el Corredor Norte, con la nieve dura en el sector del
Embudo. Después nieve más blanda hasta el collado de Arra por donde
iniciaron el descenso a Valverde.
En la subida, ahora con desenfado, todos se echaban culpas
unos a otros de que se habían tirado muchas piedras... Pastelero, que
iba el último llevando a Jorde, tuvo que desviarse algo para que no les
alcanzara los cantos que desprendían los de arriba.
Se calzaron los crampones en la pala a 200 m. de la cresta,
donde no había huellas de que hubiera habido más tráfico de montañeros
por ahí.
Arriba ya decidieron bajar por la Norte, y cómo sería que
hasta Cuchareto del que dicen que fue uno de los que pasó algo de miedo,
no se atrevió a sacar la petaca de orujo en la cumbre después de comer,
por la concentración que requería bajar por
donde se proponía.
En la bajada algunos mostraron su falta de experiencia y
entrenamiento para clavar el piolet en caso de resbalón y terminaron
rodando. Esperamos que la próxima vez tengan la prudencia que se les
supone y vengan un poco más entrenados para estas situaciones. De todos
modos no hubo mayores problemas y a cada uno le había supuesto un
esfuerzo especial en diferentes
momentos, como por ejemplo la
aproximación al Collado de Arra, que fue lo que más les costó a otros.
Teníamos con nosotros una representación del desaparecido
Club de Montaña Tralloma, como Jorde, veterano del mismo, con sus 66
años y Soto, más joven y de la última generación del mismo. Jorde, que
ya vino con nosotros al Valdecebollas por Peña de los Redondos y Valle
Viarce en abril del 2001, decía: “...
En la
última subida se acababa el
fuelle, pero me han esperado y muy bien...
Encima tengo las botas muy
gastadas y se me salían los crampones, pero es que me gusta mucho el
Espigüete.”
Rafa publicó en Facebook: "Diréis que soy un pesado,
pero otra vez tengo que agradecer a los guías: Javi Rodriguez se dejó
convencer por mí para bajar por la Norte (otra vez me mandas donde ya
sabes) y Jose M. Monge me ayudó a quitarme los esquís en la nieve dura y
pindia del Embudo.". A esto, Fonso contestó: “No te preocupes
Rafa, que yo también insistí para que no bajáramos por el mismo camino
de subida”.
Mero, por su parte, era la primera vez que se ponía los crampones y utilizaba un piolet. Así, al pobre, no le daba tiempo ni a
disfrutar el paisaje. Bastante tenía con subir y bajar utilizando estos
hierros. Comentaba: “Hemos hecho lo que hemos podido... Ha habido
ratos que sí he pasado miedo... sobre todo bajando la norte, que hemos
tenido que bajar de espaldas... La cumbre también estaba peliaguda,
había un estrecho nevero por el que tenías que progresar... Impone
respeto.”
Por otro lado, Alfonso (“... ¡Pa habernos matao!... Ha
faltado el canto un duro...”) hizo un bonito montaje audiovisual en
Youtube
Espigüete 12-05-2013
con
este mensaje: “Con el maravilloso Club de Montaña Peña Torquilla.
Sois cojonudos. Salida desde Valverde de la Sierra, subida al Espigüete
por la Canal Suroeste y bajada por la Canal Norte, subir por el Collado
de Arra y volver a Valverde de la Sierra.”
Como esta salida estaba cerca, pronto regresamos a Guardo
donde tuvimos la correspondiente sesión de fotos y de participantes que
se quedaron a compartir y comentar. Éramos tantos en el bar que parecía
una excursión de las de verdad.
|
Alto
de la Varga - Peña Redonda - Traspeña
02.06.2013.-
☞
Participaron21
personas (17 socios). Guías: Raúl Macho y José Luis Alonso Cuchaerto
Día pleno: autobús completo (sólo faltó Carmen a última
hora por un contratiempo muscular), sol radiante durante todo el
recorrido, temperatura fresca ideal para caminar y algunas caras nuevas
que respondieron perfectamente quedando encantados del recorrido y la
armonía que se respira en todo el grupo.
A las diez en punto iniciamos la marcha en el Alto de la
Varga (1430 m). El personal salió disparado sin esperar a los guías,
que tuvieron que pisar un poco el acelerador para poder enlazar. A las
11 parada en una encantadora majada con corrales en ruina para tomar un
pequeño refrigerio y disfrutar de bunas y preciosas vistas de toda la
montaña palentina.
Continuamos la marcha hacia el sur para ascender al cordal
por el que seguimos en dirección Este en un continuo sube y baja,
esquivando la mayoría el famoso Gigante (al que algunos
atrevidos sí consiguieron coronar) para tomar a continuación una última
y fuerte subida que nos conducía directamente a la cima de Peña Redonda
(1933 m).
Tuvimos que descender unos metros por la cara sur para
protegernos del fuerte viento reinante en la cumbre y dar cuenta de los
bocatas. Esta vez hicieron acto de presencia tres botas de vino y
respectivas petacas de orujo que calentaron los ánimos. Como la cima
tiene 1933m., a Raúl se le ocurrió la idea de que para sobrepasar los
2000 m. habría que subir a la cruz, así que los más zumbados del grupo:
a trepar por la estructura de hierro.
El descenso hasta las camperas del collado Burrián se hizo
por la senda clásica que mira a Castrejón. Raúl y su cuñado Santi
tomaron la alternativa de la cara norte, siguiendo la ruta marcada
anteriormente en el GPS.
Una vez en el collado bordeamos el Pico Burrián (Al que en
este caso nadie intentó subir) para seguir descendiendo por el Barranco
de Santa Eulalia, que gustó mucho a todo el mundo, y alcanzar finalmente
la pista que nos condujo sin más contratiempos al pueblo de Traspeña.
Cuchareto, que siempre tiene suerte, encontró una cuerna de siete puntas
y un bastón nuevo.
Ya en el pueblo de Traspeña pudimos contemplar la Cruz de
Término y la preciosa iglesia gótica que en esta ocasión encontramos
abierta, ya que la estaba limpiando un personaje emblemático de toda la
montaña palentina, la Señora Felisa, que a sus noventa años mantiene una
vitalidad digna de toda envidia y marcó un record, el de subir a Peña
Redonda por última vez cuando contaba con 86 años.
Como estaba previsto, a continuación tomamos el autobús que
nos condujo nuevamente a Guardo.
(Raúl Macho)
|
Monte
Arbillos (Besande - Cardaño de Abajo)
30.06.2013.-
☞
Participaron
23 personas (19 socios). Guías: José Luis Alonso Cuchareto, Javier
Rodríguez y José María Monge.
El
monte de Arbillos es poco frecuentado por los montañeros por parecer una
peña menor a pesar de su altitud (cercano a un 2000 y más alto que las
cotas de Peña Mayor). En uno de esos días de suerte como el de hoy,
claro y despejado, desde su creta se ve todo o casi todo... Nada o casi
nada tapa a nada: Picos de Europa, Montes de Riaño y Montes de Cistierna;
Espigüete con la crestería hacia la Rasa y acompañado de las cumbres
cercanas (Pico Murcia, Tres Provincias y Curavacas); sierras de Canales,
del Brezo y de la Peña; Sierra de Peña Labra; pantanos de Riaño,
Camporredondo y Compuerto, así como y la inmensa llanura castellana...
Por ello tuvimos otro pleno de participación y a pesar de
las “buenas cuestas y buenas bajadas” como decía el de Gozón,
resultó ser una ruta “rechupada” para algunos como para el Pastor
de Ucieza que a estas alturas de la temporada ya están más que
entrenados.
En esta ocasión teníamos a Tuquines de ‘co-guía’ que
había estado preparando con Cuchereto la ruta. Empezó a andar, como él
dice “vaca-camino-pilón”, con la cabeza para abajo,
tirando ‘pa lante’ sin fijarse en más... Lo peor del caso es que
le siguieron cuatro entusiastas, subiéndose por todas las piedras que
encontraban... Una vez más tuvo que ir el Pastelero al ‘rescate’...
Algunos del collado de fueron al Peñón de Arbillos y luego
volvieron por toda la cresta hasta el Orvillo.
La única dificultad estaba en la bajada de esta cumbre hasta
el pinar que da al cortafuegos que le une con la Cruz Armada ya que la
vegetación era bastante espesa. No se previó y los que venían ‘de corto’
acabaron con las piernas magulladas por los brezos, pero sin mayores
problemas.
Se comió sobre la pista que baja por Juan de las Yeguas al
Valle Río Chico. Y después de haber “trincado tres botas de vino y
dos petacas de orujo” llegamos a las 16:15 a Cardaño de Abajo.
Algunas reflexiones de los participantes:
* Ángeles Rasero, que sí que anima, pues no calla: “Día muy
animado... Hemos ido detrás de Tuqines, que nos ha confundido y hemos
hecho un buen rodeo...”
* Raúl: “Esta ruta para mí era inédita pues yo había subido a
Arbillos sólo desde Otero. Día espectacular de temperatura... Pensábamos
que nos íbamos a freír de calor, pero ha sido un día ideal para andar...
Ruta bonita, bonita. La gente ha aguantado perfectamente.”
Al final
acabaron metiendo unos cuantos las piernas en el pilón, hasta que el
Pastelero se despojó de sus vestimentas y se lanzó como si a una piscina
se tratara, haciéndose dos ‘largos’ completos.
Vuelta a casa y con tiempo veraniego unas cervezas en las
terrazas de la zona del bulevar guardense mientras se compartían las
fotos de la exquisita jornada. |
Travesía
Arintero-Peña Forcada-Valdehuesa: CORDAL DE LA
DAMA DE ARINTEROS
14.07.2013.-
☞
Participaron 20 personas
(19 socios). Guías: Javier Rodríguez y José María Monge.
LA RELATIVIDAD DE LO FÁCIL
Este domingo realizábamos una de las rutas más
interesantes de la Montaña Central Leonesa, travesía anhelada
últimamente por los montañeros ya que ofrece unas excepcionales vistas
del pantano del Porma y de la periferia roquera que rodea a este paraje.
Sin lugar a dudas, un tesoro que no se quisieron perder los montañeros
de Peña Torquilla. El escarpado y abrupto trazado, sus aéreos pasos, las
‘trepas’ y ‘destrepes’ para progresar son también sus ingredientes, así
como que al final el esfuerzo se recompensa con el atractivo de
impresionantes panorámicas.
Como nos ocurre otras veces (Ej. en la de La Uña-Oseja en
noviembre de 2012), surge la eterna discusión de la escala de dificultad
en las actividades. La clasificación es muy “relativa” y por eso no soy
partidario de publicitarla, y aunque ni siquiera en el ámbito
federativo de senderismo me dan la razón, me inclino por preguntar a los
guías, leer los mapas, informarse en internet o utilizar el sistema de
valoración de senderos
MIDE. Para quitar hierro como en la ocasión del año pasado, diremos que “Creemos
que la ruta no ha sido fácil ni difícil... sino que más bien, un
tanto entretenida y laboriosa”. Lo que pasa es que hay que tener
sentido del equilibrio, agilidad entrenada y sobre todo, el suficiente
punto de osado atrevimiento, que no imprudencia... En los pasos un poco
más comprometidos la roca agarra bien, así es que no había mayores
problemas aunque Carmelo Pistolas decía que había sitios de agarrarse
con las uñas.
Tal vez nos estamos acostumbrando mucho a la comodidad senderista. Sin
embargo hoy ha sido una ruta real de montaña-montaña.
Ejemplo lo tenemos en
Carmelo Negro
que según él, se le habían puesto hoy las manos finas de tanto agarrarse
a la roca ya que su trabajo habitual no es precisamente de tenerlas de
pianista, pero que había disfrutado mucho porque le gusta eso de andar
como las cabras, “a saltitos” por las rocas (“A saltos te
cansas mucho menos” -asegura-). Hasta a Tuqui le pareció el día
fuerte, que además le dio un bajón pero luego se recuperó (Dicen que es
que se alimenta mal ¿Será verdad?).
Sin embargo, este lento caminar aburría a más de uno que
se dedicó a hacer fotos a las innumerables flores. Incluso, los que
quisieron evitar ese enredo de los esforzados pasos, tuvieron la
oportunidad de ir con Javi, que rodeó la Forcada con un grupo. Luego
les quería bajar por ahí al pantano, evitando
sobresaltos, pero como
las hermanas querían seguir, pues adelante... Y alguna se quedó incluso
con las ganas de subir a Peña Forcada... Sería que también querían
participar en eso de desprender piedras para los que iban más abajo... Y
ahí tenemos al Pastor de Ucieza, que anda como un rayo, pero sabiendo de
sus limitaciones se adapta a los grupos de menos progresión ya que tiene
vértigo y por eso no ascendió a La Forcada (Agradecido él dice que desde
que viene con nosotros está venciendo esa molesta sensación.).
Total que hoy era el día de las quejas donde, eso sí, con
buen humor, decían sentirse engañados. “¡Cómo sería que Bardasco, en
vez de venir con nosotros, subió por lo fácil!” decía Santi de quien
aquí escribe.
Sí, empecé el recorrido por el final, de Valdehuesa a
Peñabueno y el Collado de Arintero. No fue ése el motivo de empezar al
revés, Cuñao, sino por cuidar la lesión rodillera. Yo había estado medio
comunicado con ellos por los walkies y sabía que se habían hecho dos
grupos. A eso de las 15:30 me encontré con todos en el collado antes del
Pico Gudín, que bajaban de la cuerda de la Forcada... Traían una cara
derrendaga
de
fatiga y controlada rebeldía.
Era un buen lugar de reunión, como si hubiera sido lo
programado. Así es que comimos aquí, en esta pradera bucólica. Poco a
poco fueron encajando sus rostros los más sufridos montañeros y también
se dio buena cuenta de las botas de vino, que cada día proliferan más.
Por si fuera poco Elena nos llevó Cuturrús, el licor ancestral de
Las Médulas, aguardiente de orujo que Carmelo N,
al
que se le
solapan
los
topónimos, lo rebautizó como “Cuturrulludo” en honor a monte Corcorolludo de Besande, y por ser bebida dulce que según él le ‘pega’
más. Era como si les hubiera entrado un “mal de altura” y parecía
un concurso a ver quién la decía ´más gorda’. Y puestos de sobremesa,
alguno de los que hacen montaña en sandalias aprovechó para pintase las
uñas de los pies...
Como había gente que venía muy ‘tocada’, los guías Paste y Javi decidieron con buen criterio no seguir al collado de Arintero y a
Peñabueno como estaba previsto. Así que me tocó encarar la bajada por la
canal derecha de la ladera Sur del Pico Gudín. ¡Cómo estarían algunos de
desesperados para ponerse en mis manos!
El descenso fue rápido, sorteando la maleza
landera
en busca de la
pista que veíamos a lo lejos al otro lado del valle de Valdehuesa,
pueblo al que llegamos a las 17:15 h. Unos fueron a buscar el autobús al
museo y otros nos quedamos a eso de tomar un refrigerio en el “Corzo” o
como se llame... De esos bares regentados por ese perfil de camareros
que le pides una cosa y te dan otra, teniendo que aguantarte porque a
los demás les hace gracia... Pero no a todos nos gusta este tipo de
rollo de los que se permiten el lujo de hacerse los tontos, además de
parecerlo, por estar en un pueblo... aunque son muy espabilados a hora
de cobrar... Por esto proclamo con absoluta mala leche y el poder de la
palabra que ¡Un refresco de naranja con hielo jamás será un refresco de
limón sin hielo! En fin... que la indignación va por barrios, aunque
esto no sea demasiado relevante...
A lo que vamos, que salimos a la calle y empezó la
entrevista, por lo que pido que sepan lectores que por aquí naveguen que
estos chicos no son unos salidos ni borrachos. Nada de eso, que se
cuidan mucho. Lo que ocurre es que son unos exagerados y a poco que
caten el alcohol ya les parece una barbaridad:
Por esto que Ángeles decía que hiciera constar que “Son
unos pervertidos.. ¡Con el orujo y el vino no saben lo que dicen!”.
Y por eso de que alguno decía que con el montón de botas de vino y
petacas ya no sabía si bebía vino u orujo, por lo que una de las
hermanas (Isabel o Carmen, Carmen o Isabel) decía: “Yo, gracias al
vino y orujo que llevaban he podido salvar la situación... si no, muero
en el intento”. El de Gozón estaba exuberante, resultándole “heavy
day”... No paraba de cantar y animar al personal... en una mezcla de
locura y alegría, contagiando a los demás, no sabemos si por ese ‘Mal
de Altura’, por los efluvios alcohólicos o porque tenía que
dedicarse a segar y esquilar la semana entrante. “Don’t worry. Be
happy!” -cantaba- “Ha sido un rompepiernas pero lo hemos
aguantado... Somos duros...” “Lo mismo robamos gallinas que sacos
de arena que sacos de arroz... Vamos por la carretera, se nos pincha una
rueda, se nos jode el motor... Damos un paso adelante, .... se jode el
volante y se nos rompe el carburador” -seguía cantando con los demás
haciendo de corifeo-
Un de las hermanas Luis: “De ‘fácil’ nada. Yo llevo todo
el año sin hacer nada y de repente me apunto a ésta porque pone ´fácil´.
¿Fácil?. ¡Una leche! Sube, baja,.. baja, sube...”. Y la otra: “Yo
arriba no podía ni comer... Llegaba muerta.”
Lo mismo le pasó a Asun, que se apunta a un bombardeo, y que
también se sintió liada por eso de la dificultad. No pierde el humor y
dice que cuando paró no podía ni comer.
Elena, que
ahora
anda de
'emigrante': “Yo
estoy muy cansada, pero como este año sólo puedo ir a las de verano, me
da igual la ‘medio-dura’ que la ‘medio-blanda’... Me las voy a hacer
todas. La ruta ha sido dura pero se podía hacer. Además Javi nos ha
evitado los pasos más peligrosos.”
Raúl, ese chico de sesenta y tantos, que ya es difícil que
le acojone una salida, y que se encarga de rellenar y colocar los
carteles por el pueblo, trabajo poco recompensado sobre todo en estas
ocasiones, asumía su papel riéndose, sobre todo porque la actividad
había acabado exitosamente: “Cuando hice los carteles, como la ruta
era de 12 km. y un pico de 1700 m. digo ¡Bah, una mariconada! Pero ¡Joer
con la mariconada... Menuda ruta! La próxima vez voy a poner ‘muy
difícil’ y ‘peligrosa’, que era lo que tocaba hoy, y sobre todo
‘peligrosa’... La bajada de La Forcada, ¡Hay que ‘forcarse’, como dice
Mari!... Por lo demás, la ruta espectacular, impresionante... una pasada
de vistas.”
Santi me decía: “Me la has ‘clavao’... Me tienes hasta
los... Os voy a pedir daños y ‘manifiestos’...Siempre decís que son
fáciles y resulta que ahora estoy que no sé ni dónde ‘hostias’ aparcar
(sentarse)...”
- “Claro, pero es Raúl, tu ‘cuñao’, que te engaña. ¿A mí que me
cuentas?” -el narrador-.
- “Pues este ‘cabrón’...” -replica-
- “A mí me dicen ‘fácil’, pues ´fácil’... Yo soy el escribiente”
-Dice Raúl-
Mientras, una voz femenina desde el otro lado de la cera,
mete baza gritando: “¿Fácil?...
¿Fácil?”
- Salimos de Valdehuesa a las 17:45, hora y cuarto más tarde de lo previsto... así es
que ni unos pudieron ver el museo, como esperaban, ni otros bañarse en
el pantano, como anhelaban. Para más ‘inri’ el autobús tenía avería y
tardó en llegar a Guardo... No se podía poner el aire acondicionado
porque le quitaría potencia para subir las cuestas. Decía Paco, el
conductor: “¡Como para subir Piedrasluengas!”. Así es que vaya
viaje que dieron algunos con su “mal de altura”.
Llegamos al Equus a las 19:15 h. para compartir las fotos
unos cuantos. Continuaba el cachondeo, merendándonos las
‘sobras’ del Pastelero, mientras nos volvía a la memoria la repetida
cantinela con que el de Gozón había protagonizado su buen talente,
apoyado por su coro: "Racatapun-chispún y se sacudeee .... el gallo
subeee... ". |
Camporredondo - Puente Agudín
21.07.2013.-
☞
Participaron
16 personas
(10 socios). Guías:
Vicy Alonso y Josea B.
Tal día
como hoy hace un año nos había pedido Jonathan, regente del bar del
Puente Agudín, que organizáramos una ruta coincidiendo con la fiesta que
este paraje celebra. Así lo hicimos, incluyéndolo en nuestro calendario
anual de actividades. Tras varias consultas con la organización de los
eventos habíamos acordado hacer la convocatoria similar en tiempo y
forma, de tal manera que saldríamos a las 9:30 de Guardo para recoger a
quien quisiera en Velilla, empezar la actividad a las 10:00 h. en el
parque infantil de Camporredondo y llegar a tiempo de probar el
guiso del pastor.
Dada la época estival, lo muy conocido por nuestros
montañeros de la zona por donde íbamos a transitar, lo poco ‘agresivo’
de la actividad, además de los compromisos familiares, etc., no
esperábamos demasiada participación.
Se apuntaron 16 personas, de las que tres se borraron a
última hora, pero se unieron a nosotros las mascotas de Vicky y Mero,
dígase Homer y Tara (o como dice Vega “Tara Ven” y “Homer Toma”).
Cuál sería nuestra sorpresa que al llegar a Camporredondo nos esperaban
tres burgaleses para ir con nosotros (Mar, Juan Carlos y Roberto, del
Club Deportivo Montañeros Burgaleses y del Club Bridgestone de Burgos.
Roberto tiene el único
Museo del Bonsai
de Castilla y León,
concretamente en Villagonzalo Pedernales, Burgos).
Empezamos a andar con mucho sol, por lo que aprovechábamos
las pocas sombras que se nos ofrecían al paso. El ritmo, sin embargo,
era bastante fluido y llegamos pronto al cerro Coriscao, una selva para
subir hasta el vértice geodésico y su caseta de antenas.
La madrileña Mercedes, más bien la de Carbonera, esto... esa
chica que tiene una casa en Saldaña... la médica... ¡A ver si me
aclaro!... La moza que andaba por aquí y que lo mismo que en octubre del
año pasado se enteró por internet de la ruta del Monte de Salcedillo
-donde ya tuvo la experiencia de quedarse atascada en unos zarzales
hasta que Cuchareto le rescató-, en esta ocasión se nos despistó a la
bajada del Monte Coriscao. Y cuidado que es difícil, porque íbamos todos
juntos y habíamos parado hacía 10 minutos en ese lugar para explicar por
dónde descendíamos. Despiste justificable porque estaba disfrutando
tanto del paisaje, atareada con sus fotos, que no se dio cuenta en el
cruce. Menos mal que todo se arregló en seguida. Y aunque tuvo ese
momento que decía “Ahora, de perdidos, a Burgos”, por eso de que
arrastró tras suyo a los dos chicos burgaleses, para ella todo esto le
resulta “emocionante... la herencia del paisaje”. Y además tuvo
la fortuna de encontrarse abajo
con una tía-segunda suya que hacía años que no
veía.
A media mañana vimos en los pilones a Nacho que andaba desde
las 6:30 por ahí haciendo fotos a los bichos. Nos acompañó un tramo
hasta que desapareció por el valle La Cueva, momento en el que el
Pastelero nos dice por su ‘celular’ que anda en la campa festiva con la
familia. Cuenta que por allá ahora están con la misa de campaña...
cuando alguien comenta por aquí “¿Pero no era ésta una fiesta laica?”
a lo que enseguida otro reprendió con autoritaria brusquedad: “¡Sin
la Iglesia esto no hubiera sido posible!”. Comentario anacrónico,
de ultratumba, propio de resentidos personajes que se nos han colado en
el club como ‘topos’ con el fin de adoctrinarnos si nos salimos de
madre, ya que tenemos fama de agnósticos y contestatarios. A partir de
este momento iban con la ‘escopeta cargada’, al loro por si se nos
ocurría meternos con sus idolatrados gobernantes a los que defienden
cual arpías...
Somos más de cien socios y en esta rica diversidad tenemos
cabida todo tipo de gente con sus individuales ideologías... Lo que no
es de recibo que se metan ‘espías’ aquí sólo a ver qué se cuece, cual
Vieja’l Visillo, hace tiempo ya desenmascarados a sí mismos por su
comportamiento agresivo y solitario, incapaces siquiera de sentarse a
comer con el resto de los excursionistas.
Y es una pena que además de organizarles una salida por la
montaña, con el trabajo que esto supone, tengamos que aguantar que nos
enseñen los dientes cada vez que hagamos un comentario que no les
gusta... Pues como de buen hijo es ser agradecido, con la humildad que
merece la ocasión, y con el homenaje que hacemos a la inteligencia, a
vosotros, empeñados en arruinarnos también nuestras rutas, bien alto os
agradecemos como a todos los grupos políticos, que hoy día nuestros
hijos y vecinos estén sin trabajo y tampoco tengan medios económicos
para ir a la universidad.
Simplemente lo que queremos decir con lo de la ‘misa’ no es
que nos hayan chafado o usurpado la fiesta, sino que no parece lógico
que algo que nació del corazón sin tener que ver nada con alguna de las
miles de religiones existentes, lo tengan que convertir ahora en algo ´piadoso` y que posiblemente terminará llamándose “Día del Santo
Ángel del Amparo y de las quinientas llagas del Cristo de la Montaña
Palentina” o algo parecido -¡Al tiempo...! Y podéis decir que no
nos incumbe porque es la fiesta de estos pueblos. Pero si hablan del
“Día de la exaltación de la Montaña Palentina”, del “Día de la Montaña
Palentina”, “Día de Fuentes Carrionas y La Montaña Palentina”,
entonces es la fiesta de todos, incluso nuestra.
Intentando retomar el relato de la experiencia de hoy,
recuerdo que pronto Asun
comentaba que todavía no le habían crecido las uñas de la ruta Arintero
del domingo pasado... y decía: “Esto es lo nuestro, no andar trepando
por ahí...”
Llegamos al cruce del GR1 para Cadaño-Valvederde-Camino de
la Binesa por la Cruz Armada. Vicky y Carmen marcharon por esta última
variante hacia el Alto de la Casilla. Llegaron a las 14:40 h. a Cardaño,
antes que nosotros, a pesar de hacer
casi tres km. más, porque se lo tomaron
corriendo, como buenas deportistas. Carmen, la actriz Palinura de
la comedia "Gorgojo"
de Plauto, había tenido además un pequeño contratiempo y resbaló,
así es que venía magullada. Según ella, decía de cachondeo que le había
empujado Vicky. Y es que a ésta, que hoy iba de ‘co-guía’ (giro-palabro
que se inventó Dori en su día) no la sentó muy bien este término
que sonaba a “segundona” o “adjunta”, por lo que cabreada, tras un
codazo, lanzó en plancha bruces-suelo a Carmen cuando estaban solas por
la Binesa. No sabemos si la tiró por eso o porque le iba ganando la
carrera. También puede ser porque no la dejamos tomar un café a la
llegada a Camporredondo... “¡Cuando Vicky dice que se toma un café,
se toma un café!” -decía-, pero se tuvo que conformar con un
caramelo del mismo sabor. ¡Pobre! Es lo que tiene ir de responsable en
una ruta, además de que tuvo que poner su flamante “furgo” que no
sabíamos que existía, y que a buen seguro nos la tendrá que prestar más
de una vez... O se la compramos.
Tardamos otros diez minutos en llegar al gentío de Puente Agudín. Nuestra sorpresa fue que ya no quedaba caldereta a pesar de
haber ajustado el tiempo para llegar a la hora como habíamos hablado con
Jonathan... Habían empezado antes a distribuir el ágape... Aquí abajo
también había “marejada indignada” y gente que andaba participando en la
celebración nos decían: “Lo que tenéis que hacer es quitárselo a los
tragadores que hay ahí adentro”, refiriéndose a los mandatarios que
estaban comiendo en el interior del refugio para no mezclase con la
plebe
después de haber repartido el guiso, en ese protagonista afán
que tienen de repartir caridad con lo que no es suyo, disfrutando
mientras son conscientes de que el pueblo llano les desprecia pues viven
al margen de la credibilidad ciudadana.
Ahora los reaccionarios topos políticos de nuestra ruta de
hoy “se mordían la lengua” al oír estos violentos comentarios,
esperando el momento oportuno para manifestar sus amoríos políticos,
cosa que no tardó en suceder... y como tenían el día sembrado, sin venir
a cuento de nada “Hay que dar tiempo a Rajoy, que sólo lleva dos años”
-proclamarían más tarde-.
Menos mal que Victorino, uno de los cocineros, de Otero, nos
dio algo de lo que habían dejado para ellos: “Os lo habéis ganado”,
decía. Y pudimos probarla aunque Pistolas se apalancó la cazuela y casi
nos deja sin catarla... Tenía hambre el hombre ya que además nos comió
el pan más los pinchos a modo de tortilla y torreznos con los que nos
había obsequiado Pastelero, el presi.
Hablando del presi, le agradecemos también que nos llevara
el melón que distribuimos entre todos. Después, por fin un buen café al
que nos invitó Jonathan. Jose Pastelero, como si de un anfitrión se
tratara, nos llevó a visitar la Cueva del Agua, la ‘cueva doble’
como decimos nosotros, una sorpresa que no estaba prevista y de la cual
se disfrutó cantidad.
Llegamos a las 17:30 a Camporredondo y luego en Guardo:
reparto digital de fotos en el Bulevar.
El Facebook de Puente Agudín Montaña Palentina comentó
después: “Muchas gracias a Peña Torquilla por ayudarnos en la Fiesta”.
Pues de nada, majos, aunque a veces uno piensa que es mejor
quedarse en casa que salir a divertir a ciertos lumbreras adoctrinados
que no nos pueden dejar de acosar ni en la más ‘sagrada’ de nuestras
aficiones: LA MONTAÑA. Así y todo, pues ¡VIVA LA MONTAÑA, VIVA! |
Ruta costera Somo-Langre-Galizano
11.08.2013.-
☞
Participaron 52 personas
(21 socios). Guías: Rita Roldán, Jose María Monge y Josea B
No
teníamos muy claro que esta salida fuera a prosperar ya que en el
programa de fiestas de San Antonio de Guardo nos habían puesto la ruta
“De Somo a Langreo”, y claro, hacer doscientos y pico kilómetros andando
en un día, como que no. Se ve que como también nos habían colocado el
‘pasacalles’ de San Cristóbal se notaba que todo era una errática broma
de la mediocridad. Así es que el Ayuntamiento no consiguió espantarnos
al personal y fuimos con un autobús repleto... Cómo sería que al ver
luego tanta gente en las fotos, alguno como Rafa comentaba “¡Jodó,
que mogollón! Esto es un record, no?” Pues no, majo, casi lo
conseguimos, pero allá por el 2001 participaron 55 montañeros en cada
una de las rutas de Beges-Tresviso-Urdón y en la de El Cares ¡Esperamos
batir el record este año!
Al final éramos cincuenta y dos personas, algunos nuevos en
estas lides y a los que sólo vemos de año en año, en este tipo de rutas,
asiduos de la playera -algunos, guardenses que sólo vienen ya por aquí
de vacaciones-, motivo por el cual estamos doblemente contentos.
Íbamos como en un autobús de línea: recogimos en Santibáñez
a Mari Carmen, José Luis, Faustino y María José y en Aguilar a Maite y
Ana Belén. Aunque la entrada al Ferri está en obras por el
macro-proyecto del
Centro Botín,
a las 10:10 estábamos ya por la Grúa de Piedra, gestionando los billetes
en las taquillas de la lancha. Veinte minutos después ya estábamos a
bordo, y aunque éramos muchos, no hubo problema alguno en embarcar ni en
el desembarque y todo marchó a las mil maravillas. Y es que, aunque
parezca mentira, es más fácil controlar en la montaña que aquí, porque
uno que se marcha al chiringuito, otro que se pierde detrás de una
gachí... En la montaña, si somos muchos, todos en fila y punto.
En Somo Juli, Javi, Rita e Isaac nos estaban esperando para
hacer la travesía con nosotros. Esperamos un poco a los cafeteros y a
las 11:05, tal y como estaba previsto, empezamos a andar.
Ver a 52 mochileros por el puerto era todo un espectáculo y
más aún cuando cruzamos la playa de Somo mientras la gente tomaba el
sol.
En la playa de Loredo, cuando cogimos la pista para salvar
las rocas que lleva de nuevo al arenal, algunos se liaron y continuaron
hacia el pueblo, perdiéndose la coqueta cala de Los Tranquilos, pero al
final dieron bien con la línea de costa de nuevo. Los que íbamos detrás
de ellos, cuando nos dimos cuenta, retrocedimos y seguimos por el
camino, y para darle un poco más emoción bajamos trepando un poco por
otra senda a esa playa.
Rosi lo pasó aquí un poco mal. Ya antes de venir estaba con
la ‘cosa’ de que no iba a llegar, ya que tenía problemas en las piernas.
Pero fue muy valiente y además de su familia, siempre fuimos con ella,
incluso Morti, que se portó como un caballero. Ya les dijimos que no
sufrieran por cómo iban los demás de deprisa, que no se les iba a
atrasar porque haríamos grupos, que para eso había cuatro guías, además
del co-guía Isaac.
Por eso en la foto de grupo no salieron: iban muy atrás y
los de adelante tenían mucha prisa por llegar a zambullirse en el agua.
Conseguir reunir a los demás ha sido una de las grandes hazañas del día,
pues alguno no estaba por la labor a pesar de decírselo. Seguramente, o
posiblemente no, que después les ha gustado verlo en El Palentino como
noticia destacada.
Pero no todos venían por un día playero, simplemente no se
quisieron perder la jornada, como es el caso de José Ramón, que anduvo
haciendo un reportaje fotográfico de los acantilados. Cuchareto tampoco
es de playa, así es que se dedicó a dar vueltas por ahí. Y Mero, a
disfrutar del ambiente.
A las dos de la tarde ya estábamos todos en la playa de Galizano. Había bandera roja y los socorristas tenían que emplearse a
fondo con sus constantes y molestos ‘pitidos’ para que nadie se fuera
por la zona peligrosa. De todos modos nos pudimos bañar, aunque no fuera
más que sortear las olas. El agua estaba estupenda para ser el del
Cantábrico.
Eduardo se lesionó (¡A quién se le ocurre!): Una patada sin
querer contra una roca dentro del agua fue la causante. Seguramente
porque el día anterior le habían eliminado de la Maratón de la Valdavia
en Fútbol-Sala. Menos mal que estaría pendiente de él Elena Ares, que
hoy se había traído a amigos y familia, incluso a su padre... Esto
parecía la Caravana de Los Ares.
Pusimos las 18:30 como hora de partida, pero lo hicimos
treinta minutos más tarde, ya que estaban aparcados los coches a ambos
lados de la carretera en el tramo que va de la playa hasta el pueblo y
no había forma de sacar el vehículo ni siquiera del aparcamiento y eso
que Roberto, el conductor, le tenía bien encarado desde por la mañana
(Lo que no previó, ni tampoco nosotros, es que más tarde se aparcara
como se hizo). Éste llamó a los municipales y cuando acudieron, ante la
indecisión de todos, tomó la iniciativa de maniobrar para intentar
salir. Se sumaban las apuestas si lo conseguiría o no, y vaya que lo
logró, con gran pericia, ante el asombro del personal y seguido de
aplausos. Carmelo Pistolas después iba cerrando espejos de los autocares
que no nos dejaban pasar, apartando los tendales... En todo este tramo
de sensaciones nadie dio muestras de nerviosismo por tener que esperar.
Está claro que el mar relaja y tanto que en el viaje de vuelta algunos
venían dormidos. Parecía una excursión de mansos viejecitos por la paz
reinante durante todo el trayecto, menos como siempre, atrás, que era un
jolgorio continuo, ya que Mercedes y las Reporteras no callaban.
Había tanta calma que daba un poco ‘corte’ hacer una
entrevista para esta memoria. Al final pudimos preguntar a Carmen Luis,
una de las “Hermanas Reporteras”. Que conste que en el anonimato,
porque no quiere que ponga su nombre aquí... ¡Vaya, ya se me coló!
Bueno, dice que “Una playa preciosísima... y un conductor
estupendo, también. La única pega es que nos hizo la llave Pastelero,
que no nos avisó que traía sandía con ron para el postre de la comida...
Así es que va a tener la cantinela de la sandía para todo el año.”
Y es que cuando llegamos a la playa cada uno fue por un lado
a bañarse y comer el bocata, por libre, tal y como habíamos acordado,
que para eso no es ésta una excursión del colegio... Las pobres ya no se
acuerdan que es tradición que el Pastelero traiga este tipo de regalos
para los postres.
Como es habitual vinieron niños con nosotros y Sandra “tiene
que llevar la piel arrugada para casa” -decía Carmen- de todo lo que
ha disfrutado en el agua, así cono Candela y Marina. Pero no fueron las
únicas que sacaron todo el provecho posible de la playa, ya que Elena
Fdez. le exprimió todo el jugo disponible “hasta no poder más” y
además disfrutó también porque le gusta ver a tanta gente participando
con nosotros.
Paco Ares comentó en Facebook: “Nos lo hemos pasado
genial”. A Raquel, por su parte, le gustó que habían muchas conchas
en la playa, y alguna se traía consigo. Les hubiera gustado bajar a las
bañeras de Llaranza, pues había gente, jóvenes más bien, allá abajo.
Pero Rita, como buena guía responsable, ya lo tenía claro antes de salir
y no se quiso arriesgar a que alguien le pasara algo, además que esto
significaba disgregar mucho el grupo y sería difícil luego juntarse para
los pasos donde podía haber cruces críticos.
Esta no fue la única queja ya que a algún otro le hubiera
gustado que bajáramos a la playa de Langre, en su zona nudista.... Pero
nada... Los guías no relucían hoy por su flexibilidad. Carmelo Pistolas
se quejaba de que se le habían mojado los pies y eso que sus sandalias
eran de gore-tex. Menos mal que luego “Es la primera ruta que hago
con el club en doce años en chanclas. Una ruta muy amena, todavía mejor
que la del año pasado” -decía-.
Antes de llegar a Torrelavega como siempre: ATASCO. Pero
esta vez no era tan exagerado, así es que recuperamos algo del tiempo
perdido en la salida de Galizano. Y a las 21:30 llegábamos a Guardo
después del éxito y de “Un día perfecto", como nos escribió
Elena Fdez. |
Senda Fluvial del Río Nansa y Val de San
Vicente: Muñorrodero-Serdio-Luey
25.08.2013.-
☞
Participaron 54
personas (18 socios). Guías: Vicky, Valle, Morti y Josea B
El día de los
'Cacahuetes'
Cincuenta y cuatro participantes nos desplazamos este domingo 25 de
agosto a los dominios de Val de San Vicente para hacer la bonita Ruta
Fluvial del Río Nansa donde, además, nos pudimos bañar y disfrutar
del parque de Muñorrodero.
Lo que denominamos “Iniciación Infantil al Senderismo” se
convirtió en una convivencia familiar de quince a veinte niños y niñas
con sus familiares y amigos donde todos coincidieron en que mereció la
pena el viaje por el buen ambiente que reinó
durante toda la excursión y lo
bonito de la vecina tierra cántabra.
Además, los más osados hicieron otra ruta de 12 km.
Muñorrodero-Serio-Luey-Muñorrodero, diseñada por el Club a partir de
otras existentes en este municipio.
Rafa ha escrito: "¡Uyyy...por los pelos no hubo record!".
Sí, nos hemos quedado a uno del record, aunque la verdad es que hubo
gente que no pudo participar ya que el autobús es de 55 plazas y había
interesado algún grupo más en asistir. No se podía tampoco ir con coches
particulares pues era una travesía: ruta lineal que parte de un sitio y
llega a otro.
Habíamos salido de Guardo a las 8:10 y después de un largo
viaje, comenzamos a andar a las 10:45 una vez que se nos uniera en Muño,
Jesús, el buceador.
Bajamos todos juntos hasta la central, donde nos hicimos la
foto de grupo. Los que sólo venían a dar el paseo del río y los niños
con sus padres, se quedaron con Valle y Vicky de responsables para ir
poco a poco disfrutando de los árboles a los que trepaban, de los
puentes que cruzaban y de las pasarelas, que colgaban.
Mientras, otros dieciocho partimos a ‘a toda caña’, tirando
de nosotros Carmen y Paco. La ruta fluvial parecía el Cares, con mucha
gente, familias enteras a veces. Llegamos al parque de Muño a las 12:55
y se quedó Maika. Los demás seguimos la segunda ruta, ahora con
bastante calor, pero pudimos degustar moras que había en la subida al
lado de la cantera.
A las 14:00 h. nos presentamos en Serdio. Estaban en
fiestas, así es que nos unimos un poco a ella tomando un refresco en el
bar y aprovechando para hablar con la gente (“Serdio es un pueblo
precioso, aunque rodeado por desgracia de eucaliptos” -Nos decía un
vecino-.)
Subimos a comer a un merendero en el paraje del mirador
natural del pueblo. Como estábamos tan a gusto, empleamos en esta
localidad una hora, mientras hablábamos con el grupo del río que decían
estarlo pasando fenomenal entre el baño y la tirolina. Paco despistado,
decía “Y ahora, ¿qué vamos a hacer hasta las cinco?” No se
acordaba que todavía nos quedaba un trayecto de otros siete km.
Reanudamos la marcha a las tres de la tarde. El día se había
puesto plomizo, y a veces amenazaba lluvia, pero luego se arregló. Nos
acercamos a ver la torre medieval de la Estrada, pero casi nadie dio
cuenta de ello y no les gustó mucho el tema de llegar hasta allí para
ver un montón de piedras con un viejo andamio a punto de desplomarse, lo
que parecía uno de esos fiascos...: En el cartel
explicativo hablaba de las características del monumento defensivo y
rezaba además, que se había acabado su restauración en el 2005.
(¡Fiasco seguro, oiga!)
José Antonio reñía al personal por hacer tan poco caso del
monumento, diciendo que aunque la ruta de hoy era en sí misma todo un
acierto, había que exceptuar lo de la visita a la Torre, ya que la gente
no lo apreció, parecía que sólo querían andar y andar... “¡Hay que
hacer montaña con cabeza...!” -decía-
Así, continuamos hacia el mirador natural del Cornejo, donde
las vistas son inmejorables, con panorámicas de la costa, de Peña Sagra,
Picos de Europa, Sierra del Cuera, Pico Gamonal... Íbamos un poco
disgregados, dependiendo de lo que cada uno quería ver, como ubicar los
pueblos, qué ría veíamos (si la de Tina Mayor o la de Tina Menor, con su
Deva o Nansa, respectivamente)... En fin, que ahora sí teníamos una
excursión ‘con cabeza’, “low”, disfrutando y aprendiendo de lo que se
nos ofrecía alrededor.
Llegamos a Luey y ya definitivamente nos separamos. Unos
bajaron para el río y otros al bar: nuevo refrigerio.
A las 17:00 horas llegamos a Muño. La gente estaba
aprovechando un día tranquilo en el agua y los juegos de la zona de
recreo. Lo de la tirolina del parque había sido una imprevista y grata
sorpresa, aunque el chaval Guillermo se quejaba de que se colaban unos
de otros.
Fuimos a darnos un baño y pusimos la salida a las 17:45.
Puntuales, iniciamos el reparto digital de fotos y a la vez la sesión
periodística, esta vez casi todo con los niños (‘Cacahuetes’),
con la pregunta de “Y hoy, ¿qué has hecho?” haciéndoles el ‘chantaje’
de darle un bombón al que respondía, aunque a algunos, tímidos, les
‘había comido la lengua el gato’, otros ya se habían dormido y los que
como Gustavo, de lo que más se acordaban era que se habían levantado a las
siete de la mañana.
Confundiéndome con los nombres de Silvia, Jimena y Lucía, al
final pude salir del apuro y éstas fueron sus contestaciones:
- Lucía: “Primero he
andado, después he comido y después he ido a bañarme al río.”
- Silvia: “Hemos andado, fuimos al parque a jugar un rato, fuimos a
comer y luego al río a meternos, y otra vez al parque.”
- Jana: “Muy bien porque nos hemos divertido mucho y me lo estoy
pasando muy bien. Me he echado amigas nuevas como la prima de Karen y su
amiga. Tengo amigas aquí que me ayudan y puedo jugar con ellas.”
- Jimena a modo de protesta hacía una buena observación gritando: “Me
aburro en el autobús porque es un camino muy largo y lo hemos pasado
‘chachi’!”
- “Vale, el próximo día vamos a ir en barco”
-reportero-.
- “¡Toma!” -Silvia-
- “No, ¿qué tal si vamos en jirafas?” -decía Jimena-
- “No, ¡caballos! ¡caballos!” -replicaba Jana-
- “Vale, en los tuyos.” -reportero-
- “Que somos cincuenta y cuatro ¿Tú crees que cabemos
todos en los caballos?” -Jana-
- “¡Sííííí........!” -decían las demás-.
- Lucía: “Pues...
caminar por el río Nansa.... Me he cansado”
- “El próximo día lo vamos a hacer en jirafas”
-reportero-
- “¡Bieeen!!!” -Lucía-
- Sara, que decía no
haberse cansado a la pregunta de qué había hecho: “Andar ....”
-contestaba como si nada. -
- “¿Y para eso vienes aquí?. Pues vaya bobada... Y ¿has
hecho amigos y amigas?” -el narrador bromeando-
- “Los que tenía” -Sara-
- Karen, que hizo buenas
migas con Tuquines, se entretenía intentando ‘mangar’ el bolso de mano
de
'Bardas', desordenándome los papeles..., jugando a ser ‘trasta’... Se
lo pasó ‘bomba’: “He ido andando... y me he hecho amiga de Víctor”.
- Diana: “Me lo he pasado muy bien...”
- “Y ¿con quién has venido?” -reportero-
- “Con Ángela” - Diana-
- “Y Ángela quién es?” -reportero-
- “ Una amiga” - Diana-
- “Y Ángela, ¿con quién ha venido?” -reportero-
- “Pues con su madre” - Diana-
- “Y su madre ¿quién es?” -reportero-
- “Mari Ángeles” - Diana-
- “¿Y por qué Ángela no quiere hablar?” -reportero-
- “Porque es una sosa” - Diana-
- “¡A ver Sosa, di algo!” -reportero-
-“No, Ja, ja, ja......” -Ángela-
Además nos comentó Pilar, de 70 años: “Me ha gustado mucho
sobre todo por la armonía de la gente.... aquí no hay nadie que levante
la voz por encima de otros, mucha unión entre todos... Y la ruta muy
bonita.”
Y en
el
polo opuesto de edad iba Mari Carmen, una niña de tres
años
que no se quejó en momento alguno y se hizo tan campante
toda la ruta. La gente que no le conoce se ha quedado asombrada.
De los más habituales, como Carmelo se explayaba: “Lo
mejor, acabar bañándonos en el río. A partir de ahora que sean todas las
rutas así, vamos a dejar de subir a las peñas y vamos a andar por los
valles, que merece más la pena”
Con un viaje
sosegado y más ameno que a la ida, llegamos a Guardo a las 20:00 h. sin incidencia alguna excepto que Rafa se
olvidó las llaves de su coche en el autobús, pero nos avisó rápidamente
Roberto y pudo recuperarlas.
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